Un contexto que cambia con velocidad y una tecnología que avanza a un ritmo imparable hace que las reglas básicas del mercado laboral se alteren con frecuencia. Los puestos estanco que han sido válidos hasta hace poco se muestran inútiles ante organizaciones menos rígidas y más líquidas. Un informe de Udemy Business constata que los […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 25 mar 2022
Un contexto que cambia con velocidad y una tecnología que avanza a un ritmo imparable hace que las reglas básicas del mercado laboral se alteren con frecuencia. Los puestos estanco que han sido válidos hasta hace poco se muestran inútiles ante organizaciones menos rígidas y más líquidas.
Un informe de Udemy Business constata que los empleos encasillados como junior, senior, manager, etc. cumplieron su función y que dicha forma de dividir el trabajo “se está quedando cada vez más obsoleta”.
Un trabajador considerado como junior puede contar con capacidades que le habilitan para desarrollar funciones que no corresponden a su puesto, y viceversa con perfiles senior, que se encuentran ante la necesidad de desarrollar habilidades tecnológicas o humanas más allá de las ‘hard skills’.
Por eso, el análisis de esta empresa de formación incide en lo que se denominan ‘power skills’. Esta nomenclatura responde a la diferenciación de las antes nombradas ‘hard skills’, habilidades técnicas, conocimiento específico de ciertos procesos, frente a las ‘soft skills’, cualidades como la empatía o la capacidad de trabajar en equipo.
En el caso de estas últimas, se están convirtiendo en valores diferenciales en una empresa, porque comprenden mucho más que la simple ejecución de unas tareas concretas. Se han renombrado como ‘power skills’ porque son las habilidades que realmente ayudan a una empresa a funcionar. Esto es, las habilidades duras como trabajar con Excel se puede aprender en poco tiempo, mientras que habilidades como el pensamiento crítico, la toma de decisiones o la capacidad de liderazgo entran en el corolario de cualidades personales, aunque también se pueden aprender.
Como ejemplo, la compañía GoSkills enumera diversas habilidades que necesitan mejora, y ninguna de ellas son técnicas. Un 46% de las empresas creen que los trabajadores tienen que mejorar la forma en que se comunican, tanto a nivel oral como escrito, así como hablar en público, que es importante para un 39% de los reclutadores.
Asimismo, aparecen otras prioridades como el liderazgo, que es clave para el 44% de los empresarios, mientras que el 36% de las empresas echa en falta una mejor habilidad para trabajar en equipo.
Por su parte, el ecosistema de trabajadores senior savia identifica otras habilidades como la capacidad de negociación, la comunicación asertiva y la gestión de emociones, entre otras. De ese modo, los reclutadores de las empresas tienen claro que, a igual nivel de preparación y experiencia, optarán por los candidatos que mejor hayan desarrollado sus ‘power skills’.
Sin embargo, los directores de recursos humanos afirman que esas habilidades no se trabajan en el sistema educativo español. Cuatro de cada cinco afirman que tienen problemas en la búsqueda de talento para sus compañías, una proporción que se ha incrementado un 30% en los últimos 5 años, a pesar de la oferta de desempleados y de la extensa cualificación de una gran parte de ellos.