A lo largo de toda su trayectoria, Naturgy ha demostrado que la permanencia de un negocio depende de la capacidad de adaptación de su modelo empresarial a los diferentes cambios sociales, tecnológicos y económicos que se van sucediendo a lo largo del tiempo. En su caso, desde su nacimiento hace más de 175 años ha […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 19 abr 2022
A lo largo de toda su trayectoria, Naturgy ha demostrado que la permanencia de un negocio depende de la capacidad de adaptación de su modelo empresarial a los diferentes cambios sociales, tecnológicos y económicos que se van sucediendo a lo largo del tiempo. En su caso, desde su nacimiento hace más de 175 años ha atravesado diferentes contextos y se ha enfrentado a múltiples retos y oportunidades. Por ello, ante el cambio de paradigma que está atravesando el sector energético como consecuencia del desafío global que plantea la lucha contra el cambio climático, se ha vuelto a reinventar orientando esta vez su modelo de negocio en una dirección clara: la transición energética.
Para alcanzar el éxito, la compañía se ha marcado una estrategia transformadora y una propuesta de negocio basado en la sostenibilidad y la resiliencia. Dos elementos con los que tiene el objetivo de contribuir a los retos sociales y ambientales a los que se enfrenta el conjunto de la humanidad. Prueba de ello es su Plan Estratégico 2021-2025, lanzado en julio del pasado año, donde uno de los pilares fundamentales está dirigido a abordar aspectos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) y del que ha surgido como resultado el Plan de Sostenibilidad 2025.
Este segundo proyecto está estructurado en seis palancas con 21 líneas de acción y 74 iniciativas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU. Además, sus metas están estructuras de forma que sean cuantificables para seguir la consecución de la estrategia sostenible de la entidad por parte de la Comisión de Sostenibilidad. En este sentido, desde la institución indican que el hecho de situar este elemento como el eje vertebrador de su estrategia les da la posibilidad de reducir el impacto medioambiental, aumentar la implicación y compromiso de todos sus stakeholders, así como avalarse como organización responsable con la transición energética.
De este modo, su hoja de ruta encaminada a cumplir sus objetivos 2025 en ASG está enmarcada en tres ámbitos: medio ambiente, social y gobernanza. Consciente del impacto que produce en el entorno a la hora de desarrollar sus actividades, Naturgy presta especial atención al uso eficiente de los recursos naturales para satisfacer la demanda energética, así como a garantizar el suministro de energía competitiva, segura y con el máximo respeto al medio ambiente. En esta línea, la compañía asume la transición energética como una oportunidad y por ello, uno de sus acuerdos es alcanzar la neutralidad en carbono como tarde en el año 2050, reduciendo el total de las emisiones de GEI, alcance 1, 2 y 3, de acuerdo con las sendas 1,5ºC – 2ºC del Acuerdo de París, bajo los principios de una transición justa.
Asimismo, el cambio climático representa otro de los elementos con los que Naturgy está comprometida, de forma que su intención es convertirse en un actor clave y encaminarse hacia un modelo de economía circular y descarbonizado. De hecho, para alcanzar este fin ha desarrollado dos líneas de acción. La primera de ellas está basada en la mejora de la ecoeficiencia en el uso de los recursos, la energía, el agua y las materias primas, con la que reducir el consumo, la contaminación, los residuos y sus impactos sobre el medio ambiente. Mientras que la segunda está centrada en el desarrollo del gas renovable, biometano e hidrógeno, como vector energético y de almacenamiento, de forma que pueda ser inyectado en las infraestructuras gasistas y, poco a poco, sustituya al gas natural convencional. En 2021 Naturgy experimentó un descenso del 12% en su consumo de recursos energéticos.
Por su parte, en lo que respecta a su compromiso social, Naturgy también destaca su implicación con el desarrollo económico y social de las regiones en las que está presente a través de dos vías. Aportando conocimientos y capacidad de gestión y, por otro lado, destinando parte de los beneficios a la inversión social de los territorios. En este sentido, como empresa proveedora de energía, basa su responsabilidad tanto en ofrecer un suministro de calidad y continuo, como en contribuir a afrontar los retos asociados al acceso a la energía, especialmente vinculados con colectivos vulnerables.
En este punto, el papel de la Fundación Naturgy se erige como un elemento fundamental para abordar estos retos. Constituida como una institución sin ánimo de lucro, la organización nació en 1992 con una clara vocación de formación y sensibilización de la sociedad. Por ello, en un contexto como el actual sobresalen algunas de sus actuaciones orientadas a paliar la vulnerabilidad energética. En la actualidad, España cuenta con tres programas: ‘Fondo solidario de Rehabilitación Energética’, cuyo fin es mejorar las viviendas de familias vulnerables; ‘Escuela de Energía’ para formar a técnicos de los Servicios Sociales y a familias en temas relativos a la eficiencia energética y al consumo responsable; y ‘Voluntariado energético’, dirigido a asesorar a familias en situación de vulnerabilidad.