La realidad consta de tres dimensiones desde el punto de vista de la física: el largo, el ancho y la profundidad. Hasta ahora, el mundo digital ha contado hasta dos dimensiones, por eso iniciativas como el Metaverso vienen a presentarse como una ‘realidad virtual’, dado que pretenden imitar las tres dimensiones de la realidad real, […]
Dirigentes Digital
| 03 feb 2022
La realidad consta de tres dimensiones desde el punto de vista de la física: el largo, el ancho y la profundidad. Hasta ahora, el mundo digital ha contado hasta dos dimensiones, por eso iniciativas como el Metaverso vienen a presentarse como una ‘realidad virtual’, dado que pretenden imitar las tres dimensiones de la realidad real, si se permite la expresión.
“Ya estamos en el metaverso”, asegura Irene Cano, directora general de Meta para España y Portugal en un evento organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE). “La siguiente generación va a pasar de las dos dimensiones a las tres”, prosigue Cano, “vamos a tener experiencias visuales y auditivas que nos van a permitir interactuar como lo haríamos en el mundo real.
La empresa para la que trabaja cree que este concepto es el presente y el futuro de internet, tanto como para haber cambiado el nombre de su matriz, aunque conviene tener presente el daño reputacional que había estado sufriendo Facebook por las diferentes brechas en su seguridad. Pero se trata de un asunto que los dirigentes ya tienen en mente y para los que tendrán que crear sus estrategias en un futuro cercano.
La responsable de Meta afirma que tres de cada cuatro dirigentes tienen previsto facilitar experiencias de realidad virtual a sus empleados antes del año que viene. “Cualquiera que lo experimenta quiere hacer más cosas, es un avance para las empresas”, defiende Cano. Entre las soluciones más originales para las empresas, en particular para las pymes, esta dirigente señala la reducción de costes con herramientas como las reuniones virtuales. “No obligan a la gente a desplazarse, se ahorra tiempo y la empresa se más atractiva porque devuelves tiempo al empleado”, enumera.
Desde un punto de vista de negocio, Cano apunta a la oportunidad de trasladar la oferta de productos y servicios a este lugar virtual. En concreto, cree que es una buena posibilidad para servicios de consultoría o asesoría, así como para la creación de otros puestos de trabajo que están por aparecer. “Es un proyecto de industria”, dice Cano con respecto a las posibilidades de Meta de ampliar el internet conocido hasta ahora.
Aunque la dirigente cree que internet es un sector maduro, asume que con cada cambio el panorama se complica un poco más. Ocurre, por ejemplo, con el teletrabajo. Desde su punto de vista, será una de las tendencias clave en los próximos años, puesto que las nuevas generaciones ponen atención a otros valores que no son solo el sueldo, también “quieren flexibilidad para organizar su vida”.
En ese sentido, uno de los desincentivos puede ser la escasa cultura que existe en España al respecto, que abarca segmentos tan importantes como la promoción dentro de una empresa: “Es responsabilidad de la empresa establecer un proceso de evaluación del desempeño en el que la presencialidad no sea un plus para la promoción”, recalca Cano.
Con respecto a internet en sí y a la tecnología, cree que “no hay que tenerle miedo al progreso”. Lo difícil, en su opinión, es tener disponibilidad para adaptarse a cada cambio: “Esa es la clave del éxito”. Con todo, ese paradigma cambiante debe considerarse desde una perspectiva positiva, pero también con la conciencia de que puede traer cosas negativas. “La tecnología es buena, la hacen personas para personas”, comienza diciendo, pero “siempre puedes utilizar cualquier desarrollo para hacer el mal”.
En ese sentido, Cano se muestra partidaria de que se establezca una regulación para internet, una industria madura que, aunque afronta cambios cada poco, cuenta con la suficiente base y estabilidad para respetar unas reglas que favorezcan su uso.