Es hora de darse un capricho dulce con Julien Dugourd. P Para celebrar la llegada del BR 01 Cyber Skull Bronze, el eminente pastelero y amigo de la Maison, ha llevado a cabo una proeza para diseñar una versión pastelera del reloj Bell & Ross. Un auténtico capricho con la imagen de la marca. Saborear […]
Dirigentes Digital
| 19 jun 2023
Es hora de darse un capricho dulce con Julien Dugourd. P Para celebrar la llegada del BR 01 Cyber Skull Bronze, el eminente pastelero y amigo de la Maison, ha llevado a cabo una proeza para diseñar una versión pastelera del reloj Bell & Ross. Un auténtico capricho con la imagen de la marca.
Saborear cada hora que pasa. Esa es la filosofía que los cofundadores de Bell & Ross, Bruno Belamich y Carlos Rosillo, comparten con Julien Dugourd. Gran amante de los relojes, en particular de los diseños Bell & Ross, el pastelero elegido por el Palacio del Príncipe de Mónaco, además de miembro del muy exclusivo Club des Chefs des Chefs, ha creado una tarta de chocolate y caramelo utilizando los códigos estilísticos del nuevo BR 01 Cyber Skull Bronze. Un reloj para saborear.
Para Julien Dugourd, imaginar una creación transponiendo la forma del Cyber Skull para obtener una creación dulce, fue tan desafiante como placentero. “Soy un apasionado de la aviación. El reloj BR 01, que recuerda directamente a un reloj de cabina, me gusta especialmente”, explica Julien Dugourd, cuya colección de relojes se compone principalmente de Bell & Ross, incluidos dos modelos Cyber Skull.
Descubrió la marca en la muñeca de otro maestro pastelero francés, Christophe Michalak, durante su época trabajando juntos en el Plaza Athénée de París. Desde ese día, cayó bajo el hechizo de Bell & Ross, una Maison con la que comparte muchas pasiones, desde la aeronáutica hasta la Fórmula 1. Recientemente, este pastelero de 39 años, formado junto a Marc Veyrat, Jean-Georges Klein y Alain Ducasse, tuvo la oportunidad de compartir su trabajo en el paddock con los pilotos del equipo Alpine. ¿La guinda del pastel? Entre bocado y bocado, tuvieron ocasión de hablar de sus vínculos con Bell & Ross, descubriendo muchos puntos en común entre los tres, principalmente, la excelencia.
Con el BR 01 Cyber Skull, una sorpresa aguarda a los amantes de la relojería sofisticada: un autómata animado acciona el movimiento de la parte inferior de la mandíbula, como si la calavera situada en el centro del reloj se dispusiera a saborear el pastel creado por Julien Dugourd. Este detalle dice mucho de la actitud de este inusual reloj, que se ofrece en una edición limitada de 500 piezas.
La caja de bronce sutilmente facetada del BR 01 Cyber Skull Bronze (45×46,7 mm y hermeticidad de 50 metros), alberga un movimiento mecánico de cuerda manual muy especial: el calibre BR-CAL.210. Su decoración y sus acabados están especialmente trabajados.
Si el BR 01 Cyber Skull tiene un diseño muy sofisticado, el pastel creado por Julien Dugourd no es menos complejo, con una composición de varias capas para formar una caja de reloj tipo sándwich.
“Este pastel es una fiel reproducción del reloj en pastelería, y se puede encontrar en el escaparate de mi nueva boutique de Niza”, anuncia el pastelero.
La base consiste en un crujiente caribeño sobre el que se fija una galleta de chocolate delicadamente recubierta de caramelo. Ambos están rodeados de mousse de chocolate. El conjunto se cubre con manteca de cacao, coloreada con ingredientes naturales, para crear un efecto bronce. Una pequeña oblea de chocolate salpicada de oro, duplica el emblema de la calavera, que se asienta sobre dos tibias. Llevada por piratas y paracaidistas de élite, esta insignia Jolly Roger es la firma estilística de los relojes BR 01 Cyber Skull.
Como diseñador de instrumentos para profesionales, Bell & Ross esculpe sus relojes con materiales contemporáneos y técnicos, buscando siempre los mejores. Ya sea oro, acero, zafiro, titanio, carbono, cuero o caucho, los materiales relojeros permiten realizar numerosas alianzas. Para el BR 01 Cyber Skull Bronze la elección recayó en una de las aleaciones más antiguas del mundo, con una combinación de cobre y estaño. Es un material que transmite emoción, sobre todo, por sus propiedades naturales, que permiten que la oxidación cambie su aspecto con el tiempo para conseguir un acabado único: el bronce.
En esta línea, el pastelero Julien Dugourd optó por elaborar su creación con una mezcla de chocolate y caramelo, utilizando ingredientes de procedencia impecable y elegidos con esmero. La combinación de ambos permite interesantes exploraciones de sabor y textura. Al degustar el pastel, la fuerza del chocolate persiste en la boca. Como contrapunto, el caramelo aporta cuerpo y dulzor. Difícil de resistir.