La configuración de las cadenas globales de valor es un factor fundamental en el desarrollo económico de las naciones debido a los beneficios derivados del comercio internacional. “Quién” produce “qué”, o “cuánto”, determina la creación de riqueza en cada país. El crecimiento sostenido del valor añadido doméstico de las naciones en desarrollo, sobre las exportaciones […]
InternacionalDirigentes Digital
| 30 mar 2021
La configuración de las cadenas globales de valor es un factor fundamental en el desarrollo económico de las naciones debido a los beneficios derivados del comercio internacional. “Quién” produce “qué”, o “cuánto”, determina la creación de riqueza en cada país. El crecimiento sostenido del valor añadido doméstico de las naciones en desarrollo, sobre las exportaciones mundiales totales, ha incrementado sus niveles de renta e innovación. Del modelo tradicional de comercio norte-sur, donde los “centros” manufactureros estaban localizados exclusivamente en las naciones desarrolladas, la evidencia estadística revela una transición hacia otro sistema multilateral sostenido sobre la maximización de los beneficios mediante la deslocalización industrial.
La ventaja competitiva de las naciones no industrializadas ha ido aumentando en relación a otros “centros” manufactureros tradicionales como Japón, EE.UU. o la UE15. Y muchas de estas naciones emergentes han incrementado su cuota sobre el comercio mundial total. Han aumentado los intercambios comerciales norte-sur, es cierto, si bien no tanto como el comercio sur-sur.
Desde 2005, China ha incrementado de manera significativa sus ventas hacia la UE-13 (+247%), las diez naciones del sudeste asiático ASEAN (+365%) o Latinoamérica (+556%). Pero, de la misma manera, EE.UU. o la UE-15 solamente han visto crecer el total de sus ventas hacia la UE-13 un 50%. Alrededor del 75%, tanto EE.UU. como la UE, en ASEAN. Y solamente cabe destacar un aumento significativo, de EE.UU., en Latinoamérica (+133%). Según datos de la OCDE, sobre el total mundial, los bienes intermedios fabricados en la UE-15 han caído del 32% al 28%. El crecimiento anual de las exportaciones de bienes intermedios desde la UE-15 desde 1998, ha sido del 2,9%. Y, si bien sigue siendo líder mundial en exportaciones de bienes intermedios, las tasas de crecimiento anual en otras economías economías emergentes como China (+11.2%), Filipinas (+11.02%), Turquía (+7.5%), Polonia (+7.2%) o Corea del Sur (+6.1%); han reducido sustancialmente el peso relativo de la UE-15.
El comercio en valor añadido, o Trade in Value Added (TiVA), suma un 28% de las exportaciones mundiales totales. El resto del valor añadido, contenido en los intercambios comerciales a nivel mundial, es de naturaleza doméstica en forma de bienes finales, un 72%. En la UE-15, desde 1998, el valor añadido doméstico sobre las exportaciones mundiales totales ha descendido del 28,7% al 23,5%. Esta variación negativa, medida en puntos porcentuales, también ha sido significativa en otras economías desarrolladas como EE.UU. (-3.76) o Japón (-2.14).
Sin embargo, desde 1998, las economías emergentes han incrementado su ratio de valor añadido doméstico sobre las exportaciones mundiales totales: China (del 3.73% al 8.9%), ASEAN (del 3.1% al 4.38%), la UE-13 (del 1.71% al 2%), Corea del Sur (del 1.30% al 1.99%) o Rusia (del 0.84% al 1.89%). China, incluso, ha adelantado a EE.UU. como líder absoluto en este ámbito. Y otras naciones menos industrializadas, como España o la UE-13, también han reducido su diferencial con Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.
Por último, este crecimiento del valor añadido doméstico sobre el total mundial está estrechamente relacionado con otro incremento extraordinario de las ventas al exterior desde China (+712%), ASEAN (+342%), la UE-13 (+337%), Corea del Sur (+453%) o Rusia (552%).
La UE es la región comercial más interconectada del mundo, junto con ASEAN, según nuestro índice de las cadenas globales de valor (GVC Index). Su integración en las cadenas globales de valor ha aumentado, entre los años 1998 – 2015, del 59% al 65% (llegando a alcanzar un 72% en los países de la UE-13).
El porcentaje de valor añadido extranjero incorporado a las exportaciones de la UE, en proporción a estas últimas, ha sido superior al 30% desde 1998. Y el valor añadido de la UE en las exportaciones mundiales (DVX), sobre estas últimas, también ha sido el más elevado de todos (alrededor del 11% – 13%, desde 1998). Esta elevada concentración en las cadenas globales de valor se debe, entre otros factores, a la integración comercial de la UE. Una de cada tres exportaciones mundiales, de bienes/servicios finales e intermedios, tiene su origen en un país de la UE.
Ahora bien, conforme otras naciones emergentes se han ido sumando a las cadenas globales de valor, esta concentración dominante ha descendido. La relación de exportaciones intracomunitarias, sobre el total de la UE-28, ahora es del 53%. Hace diez años, en 2005, dicha relación era del 60%.
Del análisis detallado de los datos, en primer lugar, se observa una integración creciente de UE-15 en las cadenas globales de valor de la UE-13. Además, se observa una integración significativa de las cadenas de valor entre las naciones de la UE-13. Y, en última instancia, también se han fortalecido los intercambios comerciales de ASEAN + 3 con toda la UE-28. Desde 2005, las exportaciones entre los países de la UE-15 se han reducido sensiblemente, del 53% al 45%. Sin embargo, las naciones de la UE-15 han incrementado ligeramente sus exportaciones totales hacia la UE-13, del 5% al 6%. Y, entre los años 2005-2015, la relación de las exportaciones de la UE-28 hacia ASEAN + 3 también ha crecido notablemente, del 8% al 11%.
Este incremento relativo de las exportaciones, hacia ASEAN + 3, también se da en otras naciones industrializadas como Japón (del 43% al 48%) o EE.UU. (del 24% al 27%). Los intercambios comerciales entre las naciones ASEAN + 3, o la UE-13, han mantenido una relación constante con el crecimiento total de sus exportaciones. Pero el comercio entre las naciones industrializadas (Japón, EE.UU. o la UE-15), en relación a sus exportaciones totales, se ha reducido sensiblemente. Las cadenas globales de valor, en cualquier caso, indican un avance claro desde el modelo tradicional de comercio norte-norte hacia otro alternativo norte-sur o sur-sur.
Analizando los insumos intermedios vendidos a otro país para integrarlos en sus exportaciones, o la variable DVX, también se observa una tendencia similar. La relación de DVX, sobre las exportaciones mundiales totales, ha descendido notablemente en EEUU (del 4.22% al 2.86%), la UE-15 (del 11.06% al 10.30%) o Japón (del 2.08% al 1.41%). Sin embargo, desde 1998, este valor se ha incrementado notablemente en las economías emergentes: China (del 0.97% al 2.98%), ASEAN (del 1.05% al 1.70%), la UE-13 (del 0.79% al 1.09%) o Corea del Sur (del 0.4% al 0.64%). Este círculo virtuoso se ha venido manifestando de dos maneras. La relación del valor añadido doméstico (DVA), sobre el total mundial, ha crecido de una manera mucho más acelerada en las naciones inicialmente menos desarrolladas desde 1998.
Y en muchas cadenas de valor bilaterales de las naciones “centrales”, con otras “periféricas”, el crecimiento de la variable DVX ha sido más elevado en favor de estas últimas. Por tanto, las cadenas de valor no solamente han revolucionado el comercio mundial como lo conocíamos, también han favorecido enormemente el desarrollo económico de naciones como China o la UE-13.