Hay amores imposibles que terminan en un simple desastre, y eso también ocurre en el mundo económico. La historia entre los gigantes químicos Bayer y Monsanto es un poco así. Aunque Bayer facturó 39.600 millones de euros en 2018, el año en el que cerró la compra de la estadounidense, su resultado neto del último año fiscal está sufriendo y el futuro de la alemana parece incierto por las muchas querellas contra "su novia" y una sentencia en EEUU que le obliga a pagar 81 millones de dólares...