La comunicación de la Comisión Europea la semana pasada abría la puerta a tomar ciertas decisiones drásticas para actuar sobre los precios de la energía. Además, gran parte de las expectativas del Gobierno estaban puestas en el Consejo Europeo Extraordinario que se celebra esta semana en Bruselas. Se ha repetido que, una vez se produzca, […]
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| 21 mar 2022
La comunicación de la Comisión Europea la semana pasada abría la puerta a tomar ciertas decisiones drásticas para actuar sobre los precios de la energía. Además, gran parte de las expectativas del Gobierno estaban puestas en el Consejo Europeo Extraordinario que se celebra esta semana en Bruselas. Se ha repetido que, una vez se produzca, el Consejo de Ministros del martes 29 tomará decisiones en consecuencia.
Pues bien, lo más probable es que el Consejo Europeo sirva más para una toma de posiciones que para marcar una estrategia concreta frente al precio de la energía. Así lo explica Yolanda García Mezquita, de la Dirección General de Energía de la Comisión Europea, quien corrobora que esta semana “se van a analizar las medidas” y las propuestas de los países, pero habrá que esperar hasta mayo para que haya algo más elaborado.
La Comisión está a la espera de un informe que se conocerá en esas fechas. Dicho informe no trata todas las propuestas que se han hecho hasta ahora, tan solo examina cómo se puede desacoplar el precio del gas del resto del pool eléctrico, como proponen países como España o Italia.
No obstante, sí que están sobre la mesa medidas inmediatas, como llenar los almacenamientos subterráneos de gas hasta el 90% de su capacidad de aquí a noviembre de este año, lo que ayudaría a superar la dependencia del gas ruso. Asimismo, la Comisión Europea ya se ha mostrado favorable a continuar diversificando el suministro de gas, así como a incrementar el esfuerzo con las energías renovables.
En un evento organizado por aelēc, tanto García Mezquita como otros expertos mostraron su visión del problema de la energía. La presidenta de aelēc reconoce la “complejidad del problema” y llama a “actuar quirúrjicamente”. En todo caso, sí cree que hay que pensar en “cómo será el pool del futuro”, que podría configurarse desde ya con una reforma más profunda.
Cyril Harry, responsable de asuntos regulatorios de Engie, concuerda con los planes de la Comisión Europea de proteger las reservas de gas frente al incremento de los precios en los meses precedentes y siguientes. En esa línea, también cree que en un momento dado se tendrá que dar una configuración distinta que reduzca la influencia del gas sobre el mercado energético en su conjunto. Aun así, declara que “no hay soluciones mágicas”, así que habrá que optar por medidas más simples y que no dañen la estabilidad del sistema.
El profesor Carlos Batlle, de MIT Energy Initiative, Florence School of Regulation y Universidad Pontificia Comillas, cree que hace unos meses se consideraba una mala idea intervenir el mercado eléctrico o plantear impuestos a los beneficios caídos del cielo. Mientras los precios sigan tan altos y subiendo, cree que la situación ha cambiado a peor y que “los consumidores no van a poder pagar si esos precios se mantienen”.
En su caso, además de plantear cambios en el lado de la oferta, como la limitación de precios o la salida del gas natural del cálculo de ese precio, apuesta por racionar el consumo. “Igual tendría más sentido gestionar la demanda”, defiende, ante lo que cree que es una situación de guerra.
Para Jorge Padilla, Senior Managing Director de Compass Lexecon, es evidente que se ha producido un efecto contagio de los costes del gas hacia otras tecnologías. El problema es un “posible incremento catastrófico de los precios del gas y la electricidad a consecuencia de la situación bélica”, al igual que dice Batlle.
Pero llama a la calma. Padilla cree que no es el momento de aprovechar para resolver problemas de diseño de mercado. Sin embargo, comparte que se tiene que afrontar el asunto con algo más que subvenciones. Así, ve con buenos ojos extraer el gas del cálculo global.
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