Las reglas fiscales de la Unión Europea están suspendidas para que los países puedan seguir insuflando aire a sus economías. A saber, se fijó el límite de deuda pública en el 60% del PIB, mientras que el déficit público se limitó al 3% del PIB. La realidad es que, como constata un informe reciente de […]
InternacionalDirigentes Digital
| 08 feb 2022
Las reglas fiscales de la Unión Europea están suspendidas para que los países puedan seguir insuflando aire a sus economías. A saber, se fijó el límite de deuda pública en el 60% del PIB, mientras que el déficit público se limitó al 3% del PIB. La realidad es que, como constata un informe reciente de CaixaBank Research, pocos países cumplían a rajatabla estas reglas antes de la pandemia.
Se supone que en algún momento deben retomarse para asegurar la viabilidad de las cuentas europeas, pero países como España abogan por revisarlas. CaixaBank Research concluye que hay países que son incapaces de reducir su déficit en 0,5 puntos incluso en periodos expansivos.
Nadia Calviño, vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, aprovechó para sugerir esa revisión durante la visita de esta semana de su homólogo irlandés y presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe. No está de más recordar que Calviño también fue candidata a la presidencia del Eurogrupo, aunque recibió menos apoyo que el irlandés. No obstante, se trata de una presidencia más bien simbólica y su función consiste en organizar los temas de los que se va a discutir en el concilio de los ministros de Economía y Finanzas.
El caso es que para que los principales países europeos pudieran cumplir las normas, tendrían que pasarse dos décadas con superávit de entre el 2% y el 3%. Calviño cree que la revisión de las reglas fiscales no debe consistir en elevar los límites o cambiarlos. “Debemos observar este asunto desde una perspectiva más amplia, es una cuestión de justicia generacional”, apunta.
Su posición es que se deben hacer compatibles los esfuerzos para afrontar la pandemia e invertir en el futuro. Sin embargo, esas ambiciones requieren grandes desembolsos que heredarán los jóvenes en forma de deuda. En ese sentido, una de las primeras cuestiones por las que aboga Calviño es la de simplificarlas.
Para la responsable de Economía, recuperar las antiguas reglas fiscales sería volver a “viejos debates del pasado”. Así, su enfoque es “revisar nuestras normas fiscales y adecuarlas a las nuevas realidades”. En esa línea, hay que señalar que casi todos los socios europeos han empeorado su posición con respecto a antes de la pandemia, pero España ha visto cómo su deuda cabalgaba hasta superar el 120% del PIB desde un nivel inferior al 100%. Mientras, el déficit se disparó al 10,9% en 2020 y al 7% en 2021, desde el 2,8 de 2019.
En el coloquio que Calviño y Donohoe mantuvieron en el Real Instituto Elcano, el ministro irlandés apenas hizo mención de las demandas de su colega española. Sí coincide en la pretensión de fortalecer la colaboración entre los miembros, algo que ha mejorado la respuesta a esta crisis. De hecho, Calviño propuso la posibilidad de afrontar la escalada de los precios de la energía desde una perspectiva conjunta, a lo que Donohoe mostró su aprobación.
En todo caso, el presidente del Eurogrupo observa tres retos principales que difieren de la visión de Calviño. En primer lugar, cree que hay que responder a los retos de la tecnología. La segunda cuestión que hay que abordar es el futuro digital del euro, que debe adelantarse a los desafíos para asegurar la soberanía monetaria de la Unión. Por último, Europa debe convertirse en el líder en la transición ecológica: “El euro debe convertirse en la moneda que se utilice en el ámbito energético”, dice Donohoe.
Europa lanza su contraataque a la Nueva ruta de la Seda
Bruselas examinará cuatro veces al año a España para desbloquear los fondos