Producir sangre de manera artificial es un gran negocio todavía escasamente investigado. Hasta hace poco podía encuadrarse directamente en la categoría de ciencia-ficción. Sin embargo, cada vez estamos más cerca de lograrlo. “Todos los productos sanguíneos tienen un gran interés en la industria farmacéutica”, dice la experta alemana en biotecnología y bióloga Susanne Kutter. Si […]
InternacionalDirigentes Digital
| 24 feb 2021
Producir sangre de manera artificial es un gran negocio todavía escasamente investigado. Hasta hace poco podía encuadrarse directamente en la categoría de ciencia-ficción. Sin embargo, cada vez estamos más cerca de lograrlo. “Todos los productos sanguíneos tienen un gran interés en la industria farmacéutica”, dice la experta alemana en biotecnología y bióloga Susanne Kutter. Si algunos se pudieran fabricar de manera artificial sería una revolución, cree ella: “El mercado de la sangre es muy competitivo”. En Europa, la demanda de plaquetas es de 2,5 millones de unidades por año, con un coste que supera los 375 millones de euros. Actualmente su suministro depende de los bancos de sangre. Solamente pocos donantes saben que gran parte no se usa para ayudar a pacientes con necesidad de una transfusión sino para utilizar el plasma en la fabricación de medicamentos. Este está compuesto en un 90% de agua y un 10% de unas proteínas muy codiciadas por la industria farmacéutica.
Europa con su gran tradición de universidades e infraestructura de financiación pública es el mejor entorno para empujar proyectos como, por ejemplo, producir plaquetas de sangre a gran escala. Uno de los programas piloto para conseguirlo está ubicado en una de las universidades más antiguas de Europa, en Lombardía, Italia. Allí, donde hace un año se produjo la peor crisis de la pandemia, se ha creado un laboratorio que puede ser revolucionario liderado por la científica italiana Alessandra Balduini. La Universidad de Pavía, junto con otros equipos americanos, británicos y franceses, quiere conseguir con su proyecto “SilkFusion” producir plaquetas a gran escala a base de seda: “Trabajamos ya desde hace algún tiempo en este proyecto, la pandemia ha hecho difícil nuestro trabajo práctico en el laboratorio, pero poco a poco volvemos a los microscopios aunque todavía no podemos viajar para intercambiar nuestros resultados”, dice Balduini. Hace unos años científicos del Centre de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB) habían obtenido ya células productoras de plaquetas a partir de la piel. Usar la producción de seda para ello es algo novedoso en lo cual España también participa a través de la empresa “Knowledge Innovation Market (KIM)” que intenta llevar el proyecto al mercado.
Balduini que tiene una amplia experiencia en hematología, con conocimientos en investigación de células madre y biología de megacariocitos, creó su grupo de investigación en 2007, centrándose en entender cómo los diferentes componentes del microambiente de médula ósea regulan la producción de plaquetas. Este conocimiento sentó las bases para la bio-ingeniería de nuevos modelos 3D hechos de seda porosa que recrea completamente la fisiología del entorno de nicho de médula ósea humana. Con esta producción de plaquetas artificiales, no sólo se podrá aumentar el suministro sin depender de las donaciones, también permitirá la producción de plaquetas de manera personalizada, mejorando el bienestar de los pacientes con necesidades especiales. Balduini recuerda que “debido al envejecimiento de la población y las quimioterapias cada vez más agresivas, la demanda de plaquetas está aumentando en un 10% cada año. Además, la sangre tiene una vida media de almacenamiento de 30 a 40 días mientras que las plaquetas actualmente solo pueden almacenarse durante aproximadamente 5 días. “Estamos solamente al principio de saber cómo funciona la producción de las plaquetas”, reconoce la científica italiana.