Las empresas digitales suelen tener mayores y mejores beneficios que las que no lo son. Asimismo, tienden a invertir y a innovar, así como a tener mejores prácticas en cuanto a su gestión, crecen más rápido y generan puestos de trabajo mejor remunerados. En general, esta dinámica de las empresas digitalizadas favorece a la economía […]
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| 21 jul 2021
Las empresas digitales suelen tener mayores y mejores beneficios que las que no lo son. Asimismo, tienden a invertir y a innovar, así como a tener mejores prácticas en cuanto a su gestión, crecen más rápido y generan puestos de trabajo mejor remunerados.
En general, esta dinámica de las empresas digitalizadas favorece a la economía en su conjunto. Estas son algunas de las razones que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) esgrime para que las compañías se digitalicen.
Un amplio estudio del BEI muestra cómo la Unión Europea se encuentra menos avanzada que Estados Unidos en digitalización. Uno de los datos más llamativos de su informe revela que, en 2020, el 37% de las empresas europeas aún no había adoptado ninguna tecnología digital avanzada, frente al 27% de Estados Unidos.
Según el BEI, las empresas del Viejo Continente ni siquiera están tratando de reducir esa brecha. Tecnologías básicas como el Internet de las Cosas se está implementando menos frecuentemente que en Estados Unidos, algo que es aún más palpable en sectores como en el de la construcción. De hecho, las empresas europeas perciben la inversión en infraestructuras digitales como un obstáculo.
Para Ricardo Mourinho, vicepresidente del BEI, “la diferencia con Estados Unidos no sólo pone en peligro nuestra competitividad a largo plazo”. Mourinho añade que “un sector digital europeo débil también significa que careceremos de la propiedad de nuestros datos”. En ese sentido, pone el foco sobre la dependencia de tecnologías de fuera de Europa.
A pesar de esos riesgos, hay que señalar que aunque la media de digitalización europea es peor que la de EEUU, existen varios países que superan la cuna de los principales gigantes tecnológicos a nivel mundial. En concreto, España, Portugal, Bélgica, Suecia, Finlandia, Países Bajos y Dinamarca obtuvieron una mejor calificación que EEUU.
No obstante, se hace hincapié en que las diferencias entre los países más y menos avanzados puede resultar un punto débil para la Unión. “Mientras algunos países de la UE están a la vanguardia mundial de la transformación digital, otros corren el riesgo de quedarse atrás”, dice el informe. En particular, se indica que las regiones menos desarrolladas corren el riesgo de sufrir un elevado impacto en el empleo y en el crecimiento conforme avancen la automatización y la transición energética.
Otro punto débil que reseña el BEI es el de las empresas pequeñas. El 60% de las compañías de cinco a nueve empleados no han implantado ninguna tecnología, frente al 75% de las grandes empresas que ya son digitales. Por eso, se observa relación entre el tamaño de la empresa y las tasas de adopción digital, que se da en todos los sectores.
Una de las causas está en la falta de habilidades entre los empleados y los dirigentes, a lo que se suma la dificultad de acceder a la financiación. Así, este último aspecto se considera “una barrera para la adopción de las tecnologías digitales para las pequeñas empresas”.
Se hace notar que las microempresas, pequeñas y medianas empresas aportan el 99% de todas las compañías en Europa y más del 66% del empleo. Mientras, las empresas estadounidenses comparables generan el 40% de los puestos de trabajo, por lo que la brecha de digitalización se explica casi en su totalidad por la sobrerrepresentación de pequeñas empresas en Europa.
Por último, como punto positivo, las empresas europeas están más avanzadas que las estadounidenses en lo que compete a las tecnologías relacionadas con la transición ecológica, a pesar de que Estados Unidos tiene una mayor proporción de empresas digitales que la Unión Europea.