Con alrededor del 60% de su población totalmente vacunada, Europa enfila el final de este año y el que viene con la pretensión de recuperar lo perdido en 2020. La expectativa es que el PIB mejore entre un 5 y un 5,5% en 2021, mientras que en 2022 podría elevarse más de un 4%, según […]
InternacionalDirigentes Digital
| 13 sep 2021
Con alrededor del 60% de su población totalmente vacunada, Europa enfila el final de este año y el que viene con la pretensión de recuperar lo perdido en 2020. La expectativa es que el PIB mejore entre un 5 y un 5,5% en 2021, mientras que en 2022 podría elevarse más de un 4%, según prevén diferentes organismos de análisis.
Para apuntalar la expansión de su economía, la Unión Europea puso en marcha un enorme paquete de préstamos y subvenciones, nunca visto antes en el Viejo Continente. Más de 750.000 millones de euros que, una vez repartidos en sus destinos, inyectarán hasta el 10% del PIB en Bulgaria y Grecia, mientras que el desembolso en España roza el 6% de la producción anual.
Sin embargo, la OCDE observa aún riesgos en la incipiente recuperación europea. En su último informe sobre la economía de la Unión Europea, identifica diversos ámbitos en los que las autoridades comunitarias deben continuar avanzando.
En primer lugar, el organismo internacional llama a los socios europeos a apuntalar su sistema financiero. Para ello, habla de completar la Unión Bancaria, facilitar la gestión de los créditos dudosos, así como mejorar la convergencia con respecto a los regímenes de insolvencia entre los diferentes países. En otras palabras, que haya una cobertura común para los bancos de unos y otros países.
También se aconseja en materia climática. La primera recomendación es aumentar la cobertura del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE. Además, reclama reforzar las normas de regulación de la eficiencia energética y conseguir que todos los coches nuevos tengan cero emisiones a partir de 2035.
La OCDE dedica las últimas páginas de su informe a hacer otras recomendaciones que han de ser consideradas como menos urgentes, aunque imprescindibles para elevar la competitividad de la Unión Europea como potencia conjunta. Lo más llamativo es la propuesta de crear instituciones fiscales independientes que implementen una política fiscal propia, así como la creación de presupuestos a medio plazo. En este último propósito ya se ha avanzado con la creación de los fondos europeos, con la emisión de deuda, así como con los nuevos impuestos.
En adición a los avances en materia energética, el organismo que dirige Ángel Gurría recomienda invertir en mejorar las interconexiones europeas, incluidas las infraestructuras para los coches eléctricos. Por otro lado, sugiere reducir las barreras para la inversión privada reduciendo los procedimientos administrativos.
Para la OCDE, la investigación y el desarrollo adquieren una gran importancia, sobre todo la difusión de dichos conocimientos. Por eso se invita a dirigir más fondos de cohesión a las regiones más pobres, con la finalidad de fortalecer el I+D.
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