La agresiva reacción de la Reserva Federal ante la elevada inflación está aumentando la inquietud sobre las perspectivas de la economía estadounidense. El mercado laboral es fuerte, con una tasa de desempleo (3,6%) que casi ha vuelto a los mínimos anteriores a la crisis, y los beneficios corporativos son sólidos. Sin embargo, el deterioro de […]
La agresiva reacción de la Reserva Federal ante la elevada inflación está aumentando la inquietud sobre las perspectivas de la economía estadounidense. El mercado laboral es fuerte, con una tasa de desempleo (3,6%) que casi ha vuelto a los mínimos anteriores a la crisis, y los beneficios corporativos son sólidos. Sin embargo, el deterioro de los indicadores de confianza hace temer una recesión. Estos temores se ven reforzados por el aplanamiento y la inversión parcial de la curva de rendimiento que, sin embargo, se ha empinado un poco la semana pasada.
En efecto, la experiencia anterior de endurecimiento de las políticas muestra que un ciclo de subidas rápidas y pronunciadas podría limitar las posibilidades de un aterrizaje suave. Esto se ve agravado por la disminución de los estímulos fiscales y los elevados precios de la energía, que merman el poder adquisitivo. Además, el impulso crediticio se ha debilitado porque los bancos han empezado a endurecer su normativa de crédito. Los balances del sector privado se han vuelto menos vulnerables a la subida de los tipos de interés, gracias al aumento de las reservas de efectivo, pero la elevada deuda de las empresas puede convertirse en un problema.
Está claro que la Fed debe actuar con rapidez y valentía para mantener a raya las expectativas de inflación, y el actual estado de salud de la economía da mucho margen para ello. Sin embargo, con el tiempo el riesgo de daños a la economía se hará más evidente. Por lo tanto, esperamos un endurecimiento anticipado con una subida de 50 puntos básicos en cada una de las dos próximas reuniones. Pero es posible que a continuación se adopte una postura menos agresiva, y que el tipo de interés de los fondos federales alcance un máximo ligeramente superior al 2,5% en la primavera del próximo año, por debajo de las actuales expectativas del mercado del 3%.