El mercado de renta variable viene reflejando el optimismo sobre la recuperación económica posterior a la pandemia. No obstante, las presiones inflacionistas han provocado un entorno más incierto, que podría conducir a una mayor volatilidad en los próximos meses tanto para los mercados de renta fija como de renta variable.

Una forma alternativa de ponerse defensivo en renta variable es a través de la selección de acciones capaces de generar un rendimiento atractivo asociado a un menor apalancamiento, a lo que solemos llamar un dividendo de calidad. Además, si le añadimos una estrategia de venta sistemática de opciones de compra, logramos un perfil aún más defensivo, con una beta muy por debajo del índice de referencia.

Este posicionamiento ha logrado muy buenos resultados, tanto por las valoraciones atractivas de estas acciones de sesgo “value”, como por una mayor prima de la venta de las opciones de compra en un entorno de mayor volatilidad. Estas estrategias han superado desde febrero las acciones de crecimiento, alentadas por la recuperación y unos resultados mejores que lo esperado.

Desde nuestro punto de vista, estas estrategias suponen un “ten con ten” entre un escenario que creemos sigue siendo alcista pero que se puede volver más inestable, integrando acciones de beta bajo, beneficiándose de unas primas más atractivas por la venta de opciones de compra y centrándose en acciones de dividendo de calidad asumiendo consecuentemente una infra ponderación en acciones “growth”.