La semana pasada intentamos proporcionar consuelo a los insomnes inversores de bonos soberanos italianos. Entre otras cuestiones, nos referíamos a las próximas revisiones de la agencia de rating sobre la deuda italiana, resaltando que algunas agencias podrían limitar sus acciones sólo a cambios en las perspectivas. El pasado viernes Fitch confirmó nuestra visión al mantener el rating de Italia a un intermedio BBB y sólo cambió su perspectiva desde “estable” a “negativa”.
No deje que la palabra “negativa” le engañe. Desde mayo, el mercado de CDS estaba anticipando un rating de Italia de BB+, algo que es demasiado riguroso. La decisión de Fitch sobre la perspectiva es una buena noticia y hace que una rebaja por debajo del grado de inversión sea un evento muy improbable. De hecho, Fitch prevé que el déficit se vaya hasta el 2,6% en 2016 (algo muy elevado), dando al país espacio para maniobrar. Como resultado, anticipamos que los diferenciales se reducirán en unos 80 puntos básicos con el tiempo, especialmente si se impone el cauto presupuesto del ministro de finanzas, Giovanni Tria.
Es más, incluso con una previsión de déficit más elevado, Fitch espera que Italia debería seguir reduciendo su ratio de deuda/ PIB, aunque a un ritmo más bajo.
Fitch ha reiterado que Italia es una economía diversificada de alto valor cuya renta per cápita es mucho más fuerte que la de muchos otros países de rating BBB. Su generación de superávit es sostenible y la deuda del sector privado es moderada (Italia tiene mucho ahorro privado). Nosotros realmente coincidimos con esas declaraciones.
Así que, después de unos meses muy volátiles en el mercado de bonos italiano, los inversores deberían enfrentarse ahora cada mañana a una atmósfera más relajada y tomarse su tiempo para disfrutar de un cappuccino y un croissant.
Mondher Bettaieb, director de crédito corporativo de Vontobel AM