La renta variable europea es una clase de activos clave en la asignación estratégica de activos de los inversores europeos. Sin embargo, en un mundo dominado por los valores estadounidenses FANG -Facebook, Amazon, Alphabet Netflix y Google-, la bolsa del Viejo Continente no suele tenerse en cuenta como una clase de activo atractiva en términos […]
La renta variable europea es una clase de activos clave en la asignación estratégica de activos de los inversores europeos. Sin embargo, en un mundo dominado por los valores estadounidenses FANG -Facebook, Amazon, Alphabet Netflix y Google-, la bolsa del Viejo Continente no suele tenerse en cuenta como una clase de activo atractiva en términos relativos.
De hecho nuestros analistas macro han mejorado su perspectiva para la renta variable europea al volverse más optimistas. En términos de política económica hay una mayor coordinación, sobre todo dentro de la eurozona. Abundan los signos alentadores, un ejemplo es el fondo de recuperación que está beneficiando a los países que han sufrido la pandemia. Otro factor interesante ha sido la rapidez y la magnitud de la respuesta que se ha dado esta vez, sobre todo si se compara con la crisis financiera mundial, en la que los gobiernos y los bancos centrales reaccionaron con relativa lentitud. Esta vez han respondido con rapidez y contundencia.
En los últimos años, los índices de renta variable europeos siempre han ido por detrás de los estadounidenses. La razón es su mayor peso en áreas de la vieja economía, como la energía, los materiales, los servicios públicos y, sobre todo, el sector financiero. En la última década, prácticamente todos los servicios de comunicación en Europa han estado constituidos por antiguas empresas de telecomunicaciones. Por lo tanto, gran parte del peor comportamiento que podemos observar al comparar el índice MSCI Europe frente al S&P 500 está relacionado con el hecho de que se trata de un índice que está más escorado hacia esas áreas de la vieja economía.
No obstante, hay muchas oportunidades únicas específicas de Europa, y de hecho muchas de ellas tienen perspectivas de crecimiento muy impresionantes.
No vemos un impacto negativo del Brexit. La mayoría de las empresas en las que invertimos son empresas de ámbito mundial o multinacionales. Si observamos los resultados, las participaciones en el Reino Unido han sido un valor añadido en cada uno de los últimos cinco años, incluso en 2016, durante el peor periodo del Brexit. Los inversores que salgan del Reino Unido corren el riesgo de perder una gran oportunidad.
Lo que trata de hacer la estrategia de renta variable europea de Capital Group es buscar compañías de crecimiento sostenible que estén mayoritariamente domiciliadas en Europa. Buscamos empresas de calidad con largas posibilidades de crecimiento y barreras de entrada amplias, ya sea por las características del sector o por algunas características propias. Muchas de ellas son únicas, distintivas y resistentes. Normalmente, el tipo de firmas en las que invertimos en esta estrategia tienen balances muy sólidos y una gestión excelente.
El enfoque de Capital Group consiste en asociarse con las compañías, aunque esto no es exclusivo de esta estrategia. No nos limitamos a comprar acciones, sino que invertimos en las empresas. La duración y la profundidad de la relación que establecemos con ellas suele significar que se establece la confianza entre nosotros y ellas, y que se solicita y valora nuestra aportación en cuestiones como la política de dividendos, la asignación de capital, la compensación, etc. Esta estrategia lleva ya más de 28 años ofreciendo muy buenos resultados, no sólo en relación con el índice, sino también en cuanto a los diferentes tipos de mercado en los que el fondo ha obtenido buenos resultados.
Si observamos nuestra cartera, un buen ejemplo de cómo funciona nuestra labor de análisis en la práctica es ASML. La compañía se dedica a la fotolitografía, una parte crucial del proceso de producción de microprocesadores y chips de silicio. Llevamos décadas cubriendo esta empresa y la tenemos en cartera desde hace mucho tiempo, invirtiendo por primera vez hace más de 12 años. En aquella época, la industria estaba a punto de embarcarse en un verdadero grado de tecnología de vanguardia, que se denominaba ultravioleta extremo o EUV. Había tres empresas involucradas en la industria y tenían aproximadamente la misma cuota de mercado en la producción de máquinas que realizan este proceso.
Con nuestra sólida cobertura de análisis, llegamos a la conclusión de que, de esas tres empresas, ASML sería la ganadora. Si miramos la evolución del precio de las acciones, esto es exactamente lo que ha sucedido. Canon, Nikon y otros dos competidores han desaparecido en gran medida de esta industria y ahora ASML tiene prácticamente el 100% de la cuota de mercado. Esto es sólo una muestra de la profundidad que tiene el análisis dentro de nuestro proceso, la coordinación y el tiempo que cubrimos estas empresas y las mantenemos.
Otra característica importante de esta cartera es que explora todas las áreas del espectro de la capitalización del mercado. Buscamos nombres tanto de gran como de pequeña capitalización. En el área de la gran capitalización, poseemos LVMH en el mercado de bienes de lujo, y es muy difícil encontrar empresas que no sean europeas que sean líderes en esa industria. LVMH es un ejemplo perfecto de una empresa muy dominante en su área. En el lado de la pequeña capitalización, tenemos a Genus. Está domiciliada en el Reino Unido, pero es una de las principales empresas del mundo en el ámbito de la salud animal.