Invertir en un bono con rendimiento negativo conlleva una pérdida efectiva, pero ¿qué alternativas tienen los inversores de bonos soberanos que no están contentos con pagar para prestar dinero? Analizamos algunas opciones, con sus pros y contras:
- Depósitos bancarios. Históricamente, los bancos no han repercutido los tipos de depósito negativos a los inversores minoristas, en parte debido a la preocupación de que pudiera dar lugar a una huida de los clientes del banco. Sin embargo, hay indicios de que esto está cambiando: UBS anunció recientemente que empezará a aplicar tipos de interés negativos a los depósitos en euros superiores a 1 millón de euros. Es posible que los depósitos minoristas ya no ofrezcan refugio.
Además, los seguros de depósitos sólo protegen los depósitos bancarios hasta un valor de 100.000 euros, por lo que no son adecuados para los grandes inversores institucionales.
- El efectivo físico sería otra opción. Sin embargo, hay un coste asociado con el almacenamiento y manejo de efectivo. Por ejemplo, los grandes inversores tendrían que contratar una cámara acorazada, con los costes asociados y las necesidades de seguridad. Para muchos inversores esto es demasiado poco práctico para ser una opción realista. Sin embargo, si el rendimiento de los bonos cae lo suficientemente bajo, podría llegar el momento en que el efectivo se convierta en una alternativa viable.
- Cambiar de rumbo y asumir más riesgo invirtiendo en bonos corporativos, pero incluso aquí las rentabilidades negativas van en aumento. Los bonos high yield ofrecen rendimientos más elevados (positivos) pero con un riesgo mucho mayor que los bonos soberanos. El oro ha servido históricamente como una buena reserva de valor, pero tienen otros riesgos que los inversores deben conocer.
Teniendo en cuenta todo esto, a menos que los inversores quieran asumir riesgos adicionales, es probable que los bonos, incluso con rendimientos negativos, sigan teniendo demanda.