No cabe duda de que las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) están impulsando cada vez más los precios de las acciones y los flujos de activos en los mercados europeos. Pero, ¿qué significan los factores ESG para los inversores en rentas que tratan de obtener una rentabilidad por dividendo superior y sostenible? Esta pregunta es […]
No cabe duda de que las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) están impulsando cada vez más los precios de las acciones y los flujos de activos en los mercados europeos. Pero, ¿qué significan los factores ESG para los inversores en rentas que tratan de obtener una rentabilidad por dividendo superior y sostenible? Esta pregunta es especialmente relevante, ya que muchos de los sectores de mayor rendimiento, que son el terreno de caza tradicional para este tipo de inversores, también se enfrentan a un creciente escrutinio en materia ESG (véase el gráfico). Las empresas de petróleo y gas, por ejemplo, siguen lidiando con la dinámica que presentan para su estrategia a largo plazo y su licencia social el cambio climático y la descarbonización. Y si el año 2020 nos ha enseñado algo es que la rentabilidad por dividendo puede resultar ilusoria cuando las empresas se enfrentan a desafíos.
La economía mundial está pasando de la producción de energía intensiva en carbono a la generación de energías renovables con menos emisiones. Si seguimos la trayectoria actual, va a ser difícil alcanzar el cero neto y necesitamos ver una aceleración significativa en el despliegue de generación de energía renovable así como de la infraestructura asociada. En nuestra opinión, esto posiciona la transición energética como una tendencia secular de varias décadas y hay muchas evidencias que lo apoyan, como el Green Deal de la UE y el hecho de que el presidente Biden haya devuelto a EE.UU. al Acuerdo Climático de París. Varias de nuestras participaciones en empresas europeas de servicios públicos desempeñan un papel destacado en esta transición. Por ejemplo, Enel tiene una amplia exposición a las actividades que facilitan la transición energética, en particular las energías renovables y la infraestructura de la red eléctrica. Para nosotros, como inversores en rentas, estas actividades son atractivas por sus flujos de caja recurrentes y por su crecimiento impulsado por la inversión. Esto se traduce en un alto grado de confianza en la capacidad de pago de dividendos de un negocio que ofrece una rentabilidad por dividendo superior y sostenible con atractivas características de crecimiento.
Durante muchos años hemos construido nuestra cartera sobre tres categorías distintas – dividendos elevados, crecimiento de los dividendos y mejora de los dividendos- lo que ha garantizado que se mantenga relativamente equilibrada. Aprovechando los conocimientos de nuestros analistas sectoriales, de los especialistas ESG y el análisis de nuestro equipo ESG, he aquí algunos ejemplos de cómo incorporamos estas cuestiones en la cartera: