En los países en desarrollo, la puerta de entrada a Internet es el teléfono móvil; y eso puede suponer un impulso inmediato no sólo para la comunicación, sino para el nivel de vida de la sociedad. El pago de bienes y servicios por teléfono está ahora más extendido en algunas zonas de África que en partes de Estados Unidos. 

Para las personas que se han quedado fuera del sistema financiero, la conexión al móvil y a Internet puede ser un elemento rápidamente transformador. Estos dispositivos pueden actuar como una sucursal bancaria y un cajero automático, facilitando el acceso a transacciones, ahorros y créditos, así como a servicios de seguros y formas más baratas para transferir dinero .

En todos los países en desarrollo, la inversión en infraestructuras claves debe incluir ahora la cobertura móvil y de banda ancha. El wifi -y la electricidad necesaria para alimentarlo- es casi más importante que las carreteras. Estar en línea significa formar parte del mundo moderno. Además de la banca y la financiación, Internet ofrece oportunidades educativas, laborales, comerciales y sanitarias; fomenta el conocimiento y una mayor libertad de expresión. Puede impulsar la inclusión de todo tipo, reducir las emisiones de carbono. Además, la pandemia del Covid no ha hecho más que aumentar la importancia de internet. 

El África subsahariana, con los 46 países situados por debajo del norte más desarrollado, sigue siendo una de las regiones menos conectadas del mundo. Se trata de un problema difícil de resolver, ya que instalar nuevas torres de telefonía en terrenos remotos y complicados y en zonas poco pobladas es caro y se tarda mucho tiempo en recuperar los costes. La adopción de Internet también puede ser más lenta en esta región porque los móviles no son asequibles, la alfabetización y las habilidades digitales son bajas y se habla una gran variedad de idiomas diferentes.

Nuestro análisis muestra que 270 millones de personas en la región no están conectadas. Mientras tanto, 520 millones de personas en las regiones subsaharianas tienen cobertura de banda ancha móvil, pero no pueden permitirse utilizarla . Esto significa que sólo el 26% de la población subsahariana tiene acceso a Internet . Una vez que las comunidades son conectadas, el crecimiento económico y el desarrollo reciben un impulso inmediato : cada 10% de aumento de la cobertura móvil en un país pobre puede acelerar el crecimiento del PIB en un 1,2%. La conexión a Internet también supone un enorme beneficio para el medio ambiente, ya que se reduce el consumo de electricidad y combustible al encontrar la gente lo que necesita en línea en lugar de tener que desplazarse para conseguirlo . Se calcula que las emisiones evitadas son hasta 10 veces mayores que las del sector de la telefonía móvil.

La conexión de las economías en desarrollo es tan crucial que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene un objetivo de desarrollo sostenible (Objetivo 9.c) para lograr el acceso universal y asequible a Internet y que 1 GB de datos cueste menos del 2% de los ingresos mensuales para todos en 2025. Muchos países siguen luchando por conseguirlo, ya que el coste de 1 GB supone entre el 5%y el 37% de los ingresos en el África subsahariana, Oriente Medio y el Norte de África, Asia-Pacífico y América Latina.  

Por supuesto, también hay aspectos negativos. Los teléfonos móviles y los ordenadores generan residuos electrónicos difíciles de reciclar. Las torres telefónicas de las zonas más remotas suelen funcionar con generadores diésel porque la electricidad no está disponible o no es fiable. Además, se está introduciendo la energía solar y las baterías de reserva, pero a menudo necesitan guardias de seguridad para protegerlas. A todo ello se suma que los recién llegados a Internet pueden ser víctimas de estafas y violaciones de la privacidad. Asimismo, los constructores de infraestructuras en zonas remotas deben tener cuidado con el uso de mano de obra infantil y el trabajo forzoso.  

Hay empresas responsables que están marcando una diferencia positiva al conectar África a Internet. IHS Holdings posee el 14% de las torres de telefonía del África subsahariana y ha mejorado enormemente la conectividad digital en Nigeria. Instala las torres y luego las alquila a múltiples operadores de redes móviles, lo que fomenta la competencia. Para ayudar a resolver el problema de la asequibilidad, la empresa ha empezado a utilizar conexiones por satélite y energía solar para conectar las zonas rurales sin mayor coste para los usuarios respecto a las zonas urbanas. También ha puesto en marcha iniciativas para mejorar la alfabetización digital. IHS se ha centrado en reducir la dependencia de los generadores de gasóleo, y ahora el 42% de sus centros en África disponen de energía solar.

Ayudar a las partes menos conectadas del mundo en línea ofrece oportunidades interesantes y valiosas para los inversores. Una investigación exhaustiva puede ayudar a identificar a las empresas adecuadas, aquellas que se toman en serio su misión social y pueden liberar el potencial de conectar el mundo y desarrollarse de forma sostenible.

Conectar África implica enormes proyectos que requieren una inversión significativa y grandes capacidades de infraestructura. Liquid Intelligence Communications opera en 14 países africanos y construyó la mayor red de fibra independiente de África desde Ciudad del Cabo hasta El Cairo. En 2019 se completó un enlace de fibra que recorre 2.600 km a través de la República Democrática del Congo (RDC), conectando el este con el oeste de África. Otros proyectos en Nigeria, RDC y Sudán se completarán entre los próximos 6 y 18 meses. Estamos trabajando con la empresa para publicar su primer informe de sostenibilidad con el objetivo de mejorar la forma de medir su impacto.

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