Por Alicia Ruiz, Chief People Operations, VML Group
Alicia Ruiz
| 05 sep 2024
Ya ha llegado septiembre y, con él, la “vuelta al cole”, suponiendo para las empresas un nuevo inicio en cuanto a retos y oportunidades. Por eso, coincidiendo con un mes en el que se produce una disminución de trabajo en varios sectores, las empresas revisan sus tareas pendientes y reflexionan sobre las prioridades estratégicas. En este sentido, la formación continua en herramientas digitales se presenta como un elemento clave para mantenerse competitivos en un entorno en constante evolución.
Todos tenemos claro que el avance tecnológico es imparable. Las empresas sienten la necesidad de incorporar las últimas novedades tecnológicas ante el miedo de quedarse rezagadas o de perderse algo, lo que no siempre deriva en buenos resultados debido a la ausencia de competencias o incluso una falta de comprensión de lo que supone la tecnología. Es decir, en muchas ocasiones los equipos no entienden por qué necesitan incorporar ciertas herramientas o qué se espera conseguir con ellas, lo que dificulta el éxito de su implementación.
El auge de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, el análisis de grandes volúmenes de datos o la ciberseguridad ha abierto nichos de mercado completamente nuevos y áreas en las que no solo se requieren conocimientos técnicos profundos, sino también una formación continua para mantenerse al día con las últimas tendencias y avances en sus campos. Es más, según el Foro Económico Mundial se estima que el 50% de los empleados necesitarán volver a capacitarse para 2025 debido al aumento de la automatización y las nuevas tecnologías.
En este sentido, las organizaciones no solo deben ofrecer estos programas de formación, sino también fomentar activamente la participación en ellos, a través de experiencias prácticas y personalizadas para “aprender haciendo”, además de un cambio en la cultura de la empresa, en la que los líderes proyecten a todo el equipo de qué manera puede beneficiarles.
Y es que este tipo de programas supone un beneficio para ambas partes. El desarrollo profesional y personal mejora la autoestima y confianza de los individuos, lo que deriva en un mejor desempeño en el trabajo, una mayor confianza del equipo, así como un mejor clima laboral. Además, aquí entra otro punto importante: promover la inclusión y la diversidad en el lugar de trabajo, ya que al ofrecer oportunidades de desarrollo profesional a todos los empleados, las organizaciones pueden asegurarse que todos tienen la posibilidad de avanzar y contribuir plenamente.
Este es un compromiso que tenemos claro desde The Cocktail. Por ello, queremos que a través de nuestras acciones y decisiones diarias, logremos no solo mejorar la calidad de nuestros servicios o de nuestros objetivos como empresa, sino también ir más allá, y contribuir a un futuro caracterizado por la inclusión.
La irrupción de la tecnología no solo ha modificado los métodos de trabajo, sino que ha generado la necesidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos a lo largo de toda la carrera profesional. Ante ello, se extiende una filosofía de aprendizaje continuo. Apostar por el desarrollo de los empleados es apostar por el futuro de la empresa, en el que la innovación, la competitividad y la inclusión serán determinantes para el éxito.