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Opinión

Define tu zona de influencia y tu rol en tu entorno laboral

Ante una crisis como la generada por la COVID-19, desde un enfoque empresarial, podemos reaccionar de distinta manera: pelearnos inútilmente con la realidad, resignarnos o realizar una aceptación activa. Esta última implica observar, analizar y tratar de comprender el nuevo escenario. Ese nivel se alcanza centrándose en la «Zona de Influencia», pero, ¿cómo se llega […]

Dirigentes Digital

05 feb 2021

Ante una crisis como la generada por la COVID-19, desde un enfoque empresarial, podemos reaccionar de distinta manera: pelearnos inútilmente con la realidad, resignarnos o realizar una aceptación activa. Esta última implica observar, analizar y tratar de comprender el nuevo escenario. Ese nivel se alcanza centrándose en la «Zona de Influencia», pero, ¿cómo se llega a ese “estado”?

El cerebro humano procesa diariamente unos 60.000 pensamientos, de los cuales el 94 % se repiten y el 80 % de ellos son negativos. De una manera genérica, podríamos traducir de estos datos que las preocupaciones son algo natural inherente al ser humano. De modo que, si hemos de convivir con preocupaciones a diario, nos interesaría aprender a encajarlas de un modo inteligente y efectivo. Una técnica que funciona muy bien para cambiar el «chip» a nivel mental y centrarse en la zona de influencia es la de RELATIVIZAR, es decir, tratar de darle la importancia adecuada a cada asunto. 

Asimismo, encontramos otra herramienta clave para saber cómo gestionar las preocupaciones. Se trata de invertir tiempo, atención y energía en la «Zona de Influencia», que es la parte sobre la que tenemos poder de actuación. Trabajar dentro de la zona de influencia nos permitirá desarrollar nuestra actitud positiva inteligente o API.

Observa esta imagen e imagina que el círculo grande representa nuestra cabeza y los circulitos del interior nuestras preocupaciones. A mayor tamaño de dichos discos, mayor tamaño dela preocupación. Dentro de nuestra cabeza conviven preocupaciones del trabajo, la familia, los amigos, incluso de nuestros hobbies. Debemos conseguir enfocarnos en nuestra «Zona de Influencia», (la parte sombreada) que abarca los problemas o preocupaciones sobre los que tenemos poder de actuación.

La pregunta clave para saber qué está en mi «Zona de Influencia» es:

¿QUÉ PUEDO HACER YO?

1. Si no hay nada que yo pueda hacer, solo me queda la «Aceptación», una herramienta fantástica.

2. Si encuentro una lista de posibles acciones que podría llevar a cabo, tendría una segunda pregunta importantísima que responder: según mi rol en esta situación (como padre, amigo, jefe, compañero de trabajo, etc.):

¿QUÉ CREO QUE ME CORRESPONDE?

La mayoría de las personas cometemos dos errores muy comunes que nos alejan de nuestra zona de influencia y, por lo tanto, de nuestra capacidad para gestionar nuestros problemas:

• Dedicar tiempo, atención y energía a aquello que está fuera de tu «Zona de Influencia».

• Hacer cosas que no le corresponde a tu rol. Hace un tiempo le escuché decir a mi amigo Javier Iriondo una frase que sintetiza todo esto de un modo fantástico: “Por mis hijas haría cualquier cosa, menos aquello que ellas puedan hacer por sí mismas”.

En relación a este último punto, encontramos que es muy habitual asumir un rol inadecuado, es decir, adjudicarse un papel y responsabilidad que no les atañe. Cuando trabajo el liderazgo en formaciones en empresa suelo encontrar directivos y mandos intermedios, independientemente del sector y del tamaño de la organización, que invierten su tiempo, atención y energía en su zona de influencia y sí despliegan su actitud positiva inteligente, mientras que los que se esfuerzan en llevar a cabo tareas fuera de su zona de influencia e impacto, lo que realmente están haciendo es desaprovechar su tiempo y recursos.

Ahora bien, es muy importante no confundir «Aceptación» con «Resignación». La invitación que te hago es a practicarla «ACEPTACIÓN ACTIVA», es decir, comprender cómo son las reglas del juego, diferenciar qué variables están en nuestra «Zona de Influencia», aceptar que habrá cosas sobre lasque no podrás hacer nada, pero lograrás actuar allí donde puedes. Recuerda: no dejes que lo que no puedas hacer influya en lo que sí puedes hacer. Esto te ayudará a estar cerca de tu zona de influencia. 

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