Por Clara Bazán, directora de los Premios a la Innovación Social de Fundación MAPFRE
Clara Bazán
| 17 abr 2024
Si innovar conlleva desprenderse de prejuicios e ideas preconcebidas para conquistar nuevos territorios o mejorar los actuales, en el caso de la innovación social el desafío que se nos plantea es mucho mayor. Construida a base de miles de ejemplos tangibles, la innovación social, como concepto, es una de las mejores herramientas para comprender nuestro entorno (económico y social) y producir en él un cambio positivo, real y duradero.
En nuestros ya casi 50 años de historia, en Fundación MAPFRE no hemos dejado de trabajar para convertirnos en una fundación global, una institución de referencia por su compromiso con el progreso social y el bienestar de las personas. Y es que esto, no se nos debe olvidar, va de personas. Cuando los valores no sólo se enuncian, sino que también se viven, se crean las condiciones óptimas para avanzar. Por eso, celebrar la 7ª edición de nuestros Premios a la Innovación Social es un motivo de alegría y, a la vez, un recordatorio de la responsabilidad que asumimos en su día de forjar esta alianza con los emprendedores sociales como verdadera palanca para la transformación del mundo.
Desde el primer momento, cuando empezamos a pensar en estos Premios junto con nuestro aliado académico, el IE University, teníamos claro que buscábamos acompañar en el camino a aquellos emprendedores que tuviesen la capacidad de ser catalizadores de cambios positivos, de ayudar a las personas, en especial a las más vulnerables, y de trascender en la sociedad. Por eso estos Premios se diferencian de otras iniciativas de innovación por su apellido: son de innovación social.
El intercambio de conocimiento enriquece y el talento suma. Los cambios no se detienen y el ecosistema innovador tampoco. Todo está en movimiento y nosotros y nuestros premios también. Por eso hemos ido evolucionando en estos años en aspectos como su ámbito geográfico o sus territorios de acción, sensibles a la idea de que la innovación debe atender a la realidad social de manera global pero atendiendo a los matices, las voces y los acentos, de las realidades y las culturas locales. La escalabilidad y con ello la capacidad de transformación social con mayor impacto, llega con el tiempo. De ahí que nuestros Premios se sitúen en un momento en el que los innovadores necesitan tomar impulso.
Acabamos de conocer los 12 proyectos finalistas de las tres categorías de esta séptima edición: Salud, Prevención y Movilidad segura y Economía Sostenible. Los jurados han elegido aquellos que tienen mayor potencial de impacto social y los más viables desde el punto de vista técnico, económico y organizativo. También han valorado la experiencia de los interesados y su capacidad de demostrar con pruebas piloto o prototipos que el proyecto está en marcha. La capacidad disruptiva de los proyectos seleccionados nos confirma que cuando al talento se le suman grandes dosis de sensibilidad el impacto positivo en la vida de las personas puede alcanzar cotas increíbles. El jurado de la final tendrá que seleccionar a los tres ganadores, de entre nuestros finalistas y, no lo tiene fácil, por la calidad de todos ellos.
Por eso, desde ya consideramos ganadores a nuestros 12 finalistas. Todos ellos recibirán un plan de acompañamiento diseñado por el IE y sus proyectos se darán a conocer en distintos foros sociales y a través de los medios de comunicación, buscando que su mensaje llegue a más personas para facilitar su crecimiento.
Además, desde ya, nuestros protagonistas forman parte de la RED INNOVA FUNDACIÓN MAPFRE, un grupo donde la innovación y la creatividad se multiplican, porque en él se integran todos los finalistas de ediciones anteriores y, por supuesto, los ganadores. Es una activa comunidad donde siempre surgen sinergias. La innovación social es ahora más necesaria que nunca, y Fundación MAPFRE va a seguir impulsándola tanto a través de esta red y con futuras ediciones de estos premios, con el objetivo de poder seguir ayudando a las sociedades a superar sus dificultades mediante proyectos y equipos emprendedores que transformen ideas y talento, en propuestas de alto valor social para todos.
El futuro lo escribimos entre todos. Juntos, lo vamos a conseguir: los sueños que se persiguen con esfuerzo y compromiso se acaban alcanzando.