Venimos de un año marcado fuertemente por una crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Un año que nos ha cambiado la vida a todos y que nos ha enfrentado a retos que nunca antes habíamos vivido. 

El sector de aguas minerales, representadas por ANEABE, ha pasado por serias dificultades derivadas, principalmente, del cierre de la hostelería y la caída del turismo. Hechos que han impactado fuertemente en nuestro mercado, provocando una caída del 20% en la facturación.

¿Cómo enfrentarnos a una situación inédita en la que hemos ido aprendiendo día a día? En primer lugar, con la unidad de acción. Desde el primer momento, tuvimos claro que teníamos que estar más unidos que nunca. De ahí que una institución como ANEABE tuvo que estar todavía más cerca de sus asociados para afrontar esos nuevos retos y liderar la transformación que conlleva. Esto implicaba gestionar y liderar con flexibilidad, determinación y, desde luego, con el mismo compromiso y voluntad de siempre, para adaptarnos a los cambios y poder conseguir lo mejor de cada uno.

Desde la visión estratégica que me proporcionan los años de experiencia y el conocimiento del sector de las aguas minerales, considero que, más allá de la importancia que tiene la formación y los diferentes perfiles competenciales hoy, más que nunca, es necesario buscar la participación y el compromiso de todos. Necesitamos un entorno laboral motivador y seguro para la mejora de la competitividad de las empresas.

Es momento de liderazgo, y de un liderazgo orientado a la empatía, predispuesto a la escucha activa y a construir alianzas. Durante este periodo de incertidumbre, hemos tenido que resolver muchas cuestiones procedentes de los distintos estamentos sociales con los que interactuamos, que solo se pueden conciliar a través de la experiencia y, sin lugar a dudas, con la mejor herramienta: el diálogo, un elemento que en el mundo asociativo cobra más relevancia, si cabe. 

"Necesitamos un entorno laboral motivador y seguro para la mejora de la competitividad de las empresas"

Las empresas y organizaciones del sector estamos comprometidas con la generación de empleo. Además, tenemos un papel clave para apostar por la retención del talento femenino y en el impulso de la mujer en los puestos directivos. La diversidad en los equipos de dirección configura una posición más amplia y enriquecedora en la toma de decisiones y puede convertirse en una ventaja competitiva para las empresas.

En los últimos años se están produciendo muchos avances en la sociedad y en el propio tejido empresarial español, pero queda mucho camino que recorrer. Por ello, pertenecer a un sector comprometido con la igualdad de oportunidades en el que se fomenta la participación de personas con talento en todos los niveles organizativos, es siempre motivo de satisfacción. 

Es importante señalar que la mayor parte de este empleo se genera en áreas rurales, donde la simple instalación de una planta envasadora de agua mineral ayuda a la fijación de la población y al desarrollo social y económico de esas zonas. Como dato a destacar, el sector de las aguas minerales supera en cuatro puntos la media de empleo femenino en el sector primario.

Para terminar, me gustaría referirme al impacto positivo que tenemos sobre la sociedad. A modo de ejemplo, querría destacar el Banco de Agua Solidario, una iniciativa que pusimos en marcha junto con Cruz Roja Española en 2016 con el objetivo suministrar, de forma ágil y coordinada, agua envasada en cantidad y calidad suficiente, en caso de que se produzca un desastre natural. La última activación del Banco de Agua Solidario se produjo en los momentos más duros del confinamiento.

Tenemos por delante una época de cambios para lograr la recuperación económica y social. Desde el área de las aguas minerales vamos a seguir con el mismo compromiso y la misma determinación ante los retos que tenemos que afrontar, para seguir construyendo un mundo más sostenible, más seguro y más saludable para todos.