Hoy en día manda la innovación. Casi todas las organizaciones buscan formas mejores y más rápidas de generar nuevas ideas para mantenerse a la vanguardia. Pero la era de la transformación digital en la que vivimos también prima la disrupción. Todo su negocio, o todo su mercado, podría cambiar de la noche a la mañana, tal vez por algo que nunca ha pensado que llegaría.

Basta con ver cómo Amazon, originalmente una librería virtual, está empezando a revolucionar sectores de comestibles, entretenimiento y salud. Hace que nos preguntemos qué industria podría ser la siguiente en su lista.

La realidad es que no puedes desarrollar planes en torno a la disrupción. No se puede predecir el futuro porque, gracias a la transformación digital, la velocidad del cambio y la innovación se mueven más rápido que nunca. En el mundo en el que vivimos hoy, en la mayoría de los contextos, la planificación de pasos de ejecución específicos está muerta. Se trata de un proceso demasiado lento, plagado de errores y con una perspectiva muy limitada como para ser una herramienta eficaz que promueva la acción. En otras palabras, para cuando puedas hacer un plan, estará obsoleto. En lugar de dedicar tiempo a desarrollar estrategias y planes de ejecución de lo que no podemos predecir, se ha vuelto más importante equipar a nuestras organizaciones con las capacidades adecuadas para tener éxito en medio de la rápida evolución y la volatilidad. No hay duda de que la disrupción viene a por ti, pase lo que pase, y más pronto de lo que puedas imaginar. ¿Será la industria de las telecomunicaciones la próxima?

Esa es una pregunta que planteé cuando hablé hoy en el Mobile World Congress 2018 de Barcelona. He analizado esta cuestión en el contexto de cómo pueden las organizaciones avivar los fuegos de la innovación y al mismo tiempo defenderse de la disrupción.

Una parte clave del mensaje que compartí con la audiencia en el MWC es que si bien no es ningún secreto qué está impulsando la disrupción -transformación digital-, hay menos respuestas en torno a cuál es la mejor manera de defenderse de ella y al mismo tiempo mantener una ventaja innovadora.

La gente me ha preguntado por qué el CEO de una empresa de tecnología de open source (código abierto) tendría que hablar en un evento de telecomunicaciones. La respuesta radica en el hecho de que Red Hat ha consolidado una posición de liderazgo en el mundo de la innovación de open source impulsada por la comunidad, que es una fuerza impulsora detrás de muchas de las megatendencias clave que vemos en la tecnología. Ayudamos a que la innovación sea una realidad todos los días. Estamos al mismo tiempo al frente y en primera línea de la transformación digital. Tenemos un pie en ambos mundos, trabajando con empresas que buscan modificar su modelo de innovación y nativos digitales que son activos participantes de las comunidades de desarrollo. La industria de las telecomunicaciones -como tantas otras- se encuentra en una coyuntura crucial, ya que muchos proveedores de servicios de comunicaciones se transforman y modernizan para ofrecer nuevos servicios.

Nuestra innovadora tecnología es un producto de nuestra cultura -nuestra gente- que nos da la capacidad de adaptarnos y recuperarnos tras la ola de cambio disruptivo. Nuestro modelo de trabajo a través de múltiples comunidades de open source nos ha permitido no sólo sobrevivir, sino que hizo posible que incluso prosperáramos ante el surgimiento del nuevo cambio tecnológico. Hemos construido la capacidad de transformarnos en nuestra cultura y hemos desarrollado una perspectiva sobre las capacidades organizacionales necesarias para el éxito. A lo largo del camino, Red Hat aprendió algunas lecciones que pueden ayudar a otras organizaciones a construir el tipo de cultura organizacional innovadora que no sólo puede sobrevivir, sino también prosperar en un mundo en constante cambio.

Ese es un mensaje del que las empresas de todos los sectores anhela, incluidas las de telecomunicaciones.

Jim Whitehurst es presidente y CEO de Red Hat