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Un consejo desde Silicon Valley

Llevo trabajando en la industria tecnológica desde principios de la década de los 2000, primero en Google y ahora llevo seis años como directora de Operaciones en Stripe. Puede que no te suene Stripe porque no somos una marca de consumo. En pocas palabras, desarrollamos infraestructura de pagos para Internet, y nuestro objetivo es aumentar […]

Dirigentes Digital

16 dic 2020

Llevo trabajando en la industria tecnológica desde principios de la década de los 2000, primero en Google y ahora llevo seis años como directora de Operaciones en Stripe. Puede que no te suene Stripe porque no somos una marca de consumo. En pocas palabras, desarrollamos infraestructura de pagos para Internet, y nuestro objetivo es aumentar la productividad de la economía online

Siempre me ha interesado mucho ver cómo Internet puede contribuir a una mayor prosperidad a través de nuevos modelos de negocio. Cuando me uní a Google vi un potencial increíble en las posibilidades de la publicidad online. Era optimista y pensaba que democratizaría Internet y ayudaría a las empresas de todos los tamaños a crecer casi indefinidamente. Pero no sucedió así. Como sabemos ahora, las grandes plataformas publicitarias fueron las verdaderas beneficiarias de este desarrollo, y absorbieron a muchos de sus competidores por el camino. De hecho, muy pocas compañías han sido capaces de mantener el ritmo. 

Hoy en día, creo que la diversificación de la economía online es necesaria para el crecimiento de la economía en su conjunto. Los ingresos por publicidad constituyen una gran parte de la economía de Internet, y la distribución entre las diferentes industrias es mucho más unilateral que en la economía offline. Sin embargo, el cambio ya está en marcha impulsado por empresas como Stripe, aunque todavía pasa desapercibido para muchas personas. 

Los proveedores de interfaces de software de aplicaciones (APIs) B2B están permitiendo crear negocios online ahora mucho más baratos, de manera más sencilla y con menos riesgos. Los empresarios no necesitan desarrollar toda la infraestructura tecnológica por sí mismos; pueden comenzar con elementos básicos en la gestión de pagos, recursos humanos, contabilidad, comunicaciones o logística.  

La llamada economía de las API facilita mucho la puesta en marcha y la ampliación de un negocio online, lo que da lugar a muchas nuevas pequeñas y medianas empresas que fomentan la diversificación. En segundo lugar -y no hay que subestimar su impacto-, el hecho de que más empresas se conecten a través de las API conduce a una economía más interconectada que fomenta la colaboración y depende menos de unos pocos grandes actores. 

Por consiguiente, la economía online del futuro será más amplia, abarcará más industrias, creará modelos de negocio totalmente nuevos y será menos dependiente de las grandes empresas. En lugar de un mercado unidireccional, habrá un ecosistema entrelazado de pequeñas y medianas empresas que destacan en sus respectivos campos y se benefician unas de otras, lo que se traduce en un crecimiento más fuerte, más diversidad y, sobre todo, mayor estabilidad.

¿Te resulta familiar? Esta visión se parece mucho al ecosistema empresarial español donde las pymes suponen el 99,84% del tejido empresarial y el 65,36% del empleo, según datos de agosto del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Los verdaderos motores de la economía y del crecimiento.

Así que mi principal consejo para todas esas empresas es que evalúen sus puntos fuertes y los transfieran de forma coherente al ecosistema digital. Ahora más que nunca hay que pensar primero en lo digital. Esforzaos por alcanzar la excelencia en vuestro campo, buscad alianzas y colaboraciones, y formad redes que añadan valor. 

Poned al cliente por encima de todo lo demás y dad importancia a los empleados cualificados y a su formación. Estoy convencida de que ya seguís estas líneas maestras en vuestra estrategia de negocio offline. Pero debéis hacerlo también en el mundo online

Actualmente, España no es reconocida como un pionero digital, aunque muchas empresas han acelerado este año su transformación digital. Las pymes españolas se encuentran en una buena posición para entender y beneficiarse de la actual transformación de la economía online y, si logran transferir los puntos fuertes de sus negocios al mundo digital, estoy convencida de que esta percepción va a cambiar. 

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