Por Stéphane Justeau, decano de Educación en ESSCA; Laurent Barbin, ingeniero pedagógico en ESSCA; Mickaël Geslin, servicios informáticos, experto Microsoft en ESSCA y Chaaben Kouki, profesor de Gestión de Operaciones en ESSCA
Stéphane Justeau, Laurent Barbin, Mickaël Geslin y Chaaben Kouki
| 07 ago 2024
La inteligencia artificial ha llegado al sector de la educación superior para mejorar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Proyectos como chatbots IA de asistencia personal ya están siendo probados y utilizados por escuelas de negocio y universidades en Europa.
Pero para que este tipo de herramientas sean efectivas y cumplan realmente su función, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones clave.
ESSCA School of Management, que ha puesto en marcha un proyecto pionero de chatbot IA basado en la tecnología Microsof Azure, ha establecido 6 funcionalidades clave que debe integrar un asistente personal IA.
El asistente debe estar correctamente configurado por los administradores para adoptar un comportamiento alentador y gratificante, sea cual sea el tipo de pregunta formulada por los alumnos, el ritmo de estas preguntas y el momento del día en que se formulan. Además, los recursos puestos a disposición del asistente deben ser estrictamente los puestos a disposición por el profesor. Por tanto, el sistema debe funcionar en “circuito cerrado”.
Es esencial que las respuestas proporcionadas por el asistente se correspondan con los contenidos facilitados por el profesor. Si se abrieran más los recursos, se correría el riesgo de llevar a los alumnos más allá de las competencias objeto del curso de forma contraproducente. El asistente debe ser accesible para todos. Si el ayudante está correctamente configurado, es capaz de adoptar reacciones gratificantes y alentadoras en todo momento y sea cual sea el comportamiento del alumno.
El chatbot IA debe estar disponible 24 horas al día, 7 días a la semana para que los estudiantes pueden hacer preguntas y obtener respuestas en cualquier momento, incluso fuera del horario de clase. Esto fomenta el aprendizaje independiente y permite a los estudiantes progresar a su propio ritmo.
Este asistente debe ofrecer respuestas personalizadas en función de las necesidades específicas de cada alumno. Puede adaptar su discurso en función del nivel de comprensión del alumno y de sus preguntas concretas. Para ello, es necesario que el alumno esté entrenado para escribir sus indicaciones de forma precisa y adecuada.
Interactuar con un asistente conversacional puede hacer que el aprendizaje sea más interactivo y atractivo para los alumnos. Esto puede ayudar a mantener su interés y motivarles para seguir explorando el tema.
Comunicar con un chatbot IA puede ayudar a los estudiantes a mejorar su capacidad de comunicación escrita, animándoles a formular sus preguntas con claridad y ofreciéndoles ejemplos de respuestas bien redactadas.
Un chatbot IA no sustituye al profesor. No puede responder sin las aportaciones cualitativas del profesor. Es su asistente, su complemento, siempre ayudándole y apoyándole en cualquier momento del día o de la noche.
Si se tienen en cuenta estas 6 funcionalidades a la hora de lanzar una herramienta de asistente personal basada en IA la experiencia de aprendizaje de los estudiantes será mucho más gratificante.
Pero estas 6 consideraciones no son suficientes si no se tienen en cuenta otros 5 aspectos clave que hay que considerar antes de lanzar un chabot IA de asistencia a los estudiantes.
Profesores, alumnos y personal administrativo deben recibir formación personalizada para evitar la resistencia al cambio. Esto incluye programas de formación continua para desarrollar sus competencias digitales, integrando aspectos técnicos y pedagógicos.
Las tecnologías deben satisfacer las necesidades de los estudiantes mejorando su experiencia de aprendizaje. Para ello, las instituciones deben recabar la opinión de los estudiantes y adaptar las herramientas tecnológicas a sus preferencias y estilos de aprendizaje.
Es crucial integrar las consideraciones éticas desde el principio, en particular en lo que respecta a la confidencialidad de los datos y la integridad académica. La formación sobre las implicaciones éticas debe incorporarse al plan de estudios y las instituciones deben crear un marco de gobernanza ética que respalde estos principios.
Para medir el impacto de las tecnologías, deben establecerse mecanismos de seguimiento y evaluación que incluyan indicadores de rendimiento pedagógico. Los ciclos periódicos de información permiten ajustar las estrategias tecnológicas a las necesidades pedagógicas.
Garantizar un acceso equitativo a los recursos tecnológicos es esencial para evitar desigualdades. Esto puede lograrse mediante iniciativas como planes de préstamo de ordenadores, subvenciones para el acceso a internet y formación en competencias digitales.