La finalidad de la inversión, además de luchar contra la inflación que devalúa el valor futuro del ahorro actual, es aumentar todo lo posible la cantidad de dinero para cubrir necesidades futuras conocidas o atender imprevistos.
Para cumplir ese ideal, el inversor por sí mismo o bien con la ayuda de un asesor financiero, antes de distribuir el dinero entre los distintos plazos y objetivos que se adapten a sus circunstancias económicas y personales, debe tener presente todas las alternativas que tiene a su alcance para lograr la meta.
Muchas de esas alternativas están alejadas de la inversión directa en títulos de renta fija y variable o a través de fondos de inversión. Algunas incluso, sin ser una inversión propiamente dicha, contribuyen de forma notable y muy segura a elevar el valor del patrimonio futuro.
Reducir el importe de un crédito al consumo o aún más si se trata de un préstamo hipotecario con derecho a deducción, además de recortar la deuda y los gastos financieros asociados, ayudará a recuperar las retenciones de impuestos anticipadas. Otra opción para reducir la factura fiscal, para bases imponibles en los tramos más altos del IRPF, es la aportación a un Plan de Pensiones Individual. Eso sí, consulte siempre con un experto fiscal los límites que no se deben traspasar, para lograr el mayor beneficio.
El oro físico como alternativa al dinero en efectivo o las Cuentas y Seguros de Inversión a largo plazo, como sustitución de las imposiciones a plazo, son otras posibilidades a tener en cuenta.
2020-01-30 15:04:35
