¿Qué es un freelance? Esta modalidad de trabajo se ha vuelto muy popular gracias a la proliferación de un sistema muy diverso de plataformas y herramientas informáticas que simplifican la gestión de un negocio y permiten realizar trabajos a distancias. En este sentido, freelance es un profesional que hace uso de dichos recursos y se […]
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| 18 feb 2022
¿Qué es un freelance? Esta modalidad de trabajo se ha vuelto muy popular gracias a la proliferación de un sistema muy diverso de plataformas y herramientas informáticas que simplifican la gestión de un negocio y permiten realizar trabajos a distancias. En este sentido, freelance es un profesional que hace uso de dichos recursos y se desempeña de manera independiente.
Una de las principales cuestiones a tener en cuenta cuando un trabaja como freelance es comprender que, sin importar el tipo de actividad que se realice, se es parte de un sector profesional del que participan proveedores, clientes, empresas y otros freelancers que se dedican a la misma actividad.
Es importante conocer el sector específico que corresponde a nuestra actividad para poder maximizar nuestro rendimiento en el mercado. Y si bien nunca tendremos una visión completa, mientras mayor conocimiento del tipo de servicio prestado, las condiciones y precios ofrecidos por la competencia o el perfil la clientela, por nombrar algunos, mejores posibilidades de éxito tendremos.
La actividad profesional requiere un esquema de cobro en el que se encuentren contemplados los costos económicos y el esfuerzo para responder a los diferentes encargos. En este sentido, fijar una tarifa base resulta fundamental para establecer presupuestos como freelance. Como mínimo, estos deben ser competitivos en términos de mercado y cubrir nuestros costos fijos.
Por lo general, existen dos modalidades de cobro bien definidas:
• Por un lado, podemos cobrar por hora de trabajo sin especificar un monto final. En este caso, se realiza un cálculo estimado del precio por hora en función de la complejidad de la tarea y los recursos invertidos en ella.
• Por otro lado, el sistema de precio fijo nos permite anticipar el costo total del encargo por determinado servicio independientemente del tiempo. De esta manera, el cliente obtiene un presupuesto estándar.
Si bien estos criterios permiten realizar un cobro eficaz que nos permita sustentar nuestra actividad y generar ingresos de manera constante, se puede emplear una combinación de ambas modalidades para maximizar el rendimiento de los servicios según cada caso; por ejemplo, una tarifa fija a partir de la cual se establece un cobro horario.
En España, existen ciertos impuestos que gravan la actividad autónoma y freelance. En primer lugar, la persona debe registrarse como tal tanto en el Ministerio de Hacienda como en la administración de Seguridad Social. Dichas instituciones registran los datos del freelance y establecen criterios tributarios específicos para dicha modalidad de trabajo.
Una vez registrado en ambas instituciones, tendremos la responsabilidad de abonar los siguientes impuestos:
• El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF. Este representa una cuota progresiva; mientras mayores sean nuestros ingresos, mayor será el porcentaje a tributar.
• El Impuesto sobre el Valor Añadido o IVA. Se cobra sobra el valor que generan las actividades profesionales y productivas. Corresponde a un 21% del valor del servicio prestado.
• Modelo 347. Esta declaración debe presentarse solo en caso de ofrecer nuestro servicio a terceros dentro de la Unión Europea (su presentación representa una exención del pago del IVA).
Como sucede con otras actividades de índole comercial en la que se prestan servicio o se venden productos, la facturación resulta fundamental tanto para los clientes como para nosotros mismos. Dicha tarea nos permite realizar la liquidación de impuestos correspondientes y obtener exenciones y reducciones tributarias. Justamente por eso, es importante conocer qué tipo de factura ofrecer a nuestros clientes.
Exciten tres tipos de factura que podemos emitir como freelance:
• En primer lugar, la factura simplificada se emite para particulares que no se encuentran bajo una estructura empresarial determinada ni se encuentran registrados como autónomos.
• En segundo lugar, la factura de venta se emite en el caso de ofrecer servicios a empresas y otros autónomos. Se trata del tipo de factura más común.
• Finalmente, la factura rectificativa se emite únicamente para rectificar alguna otra factura que fue realizada previamente con un error. En este caso, la nueva factura reemplaza a la primera, la cual se anula.
La actividad profesional independiente puede resultar muy productiva. En ese sentido, debemos trabajar los aspectos de gestión y nuestra capacidad de establecer presupuestos como freelance. De esta manera, mejoraremos considerablemente nuestras probabilidades de éxito.