Las pymes, las pequeñas y medianas empresas españolas, celebran en esta jornada su día que sirve para visibilizar el trabajo de la gran mayoría de las compañías que forman el tejido empresarial de nuestro país. Dominan, con un 99,82% del total y más de la mitad, un 55%, ni tan siquiera tiene empleados. Pero también […]
PYMESDirigentes Digital
| 12 may 2022
Las pymes, las pequeñas y medianas empresas españolas, celebran en esta jornada su día que sirve para visibilizar el trabajo de la gran mayoría de las compañías que forman el tejido empresarial de nuestro país. Dominan, con un 99,82% del total y más de la mitad, un 55%, ni tan siquiera tiene empleados. Pero también sirve este Día Europeo para reivindicar que el panorama económico más complicado en el que estamos inmersos dificultará su viabilidad futura.
Cuando hablamos de pymes, hablamos de compañías que tienen de 0 a 250 asalariados, con predominio, además de las microempresas que superan el 38%. En este momento de incertidumbre financiera, las sociedades reclaman apoyo ante los peligros de una inflación galopante, que puede poner en peligro su viabilidad y la necesidad de explorar incluso, nuevas vías de financiación para subsistir, cuando todavía no se han solventado los problemas derivados de la crisis pandémica.
Solo hay 5.099 grandes empresas en España. El resto, 2.914.303 son pymes, que presentan un crecimiento anual del 1,60% en datos oficiales a 31 de marzo de este año. De ellas, únicamente un 0,88% corresponden a compañías con más de 50 empleados, mientras que las que van de 10 a 49 trabajadores representan el 5,4% del total. Muy pequeñas empresas que conforman un tejido empresarial, pero que genera más de 10,64 millones de asalariados, con un crecimiento anual del 5,54% frente al pasado año.
Es decir, que, del total del empleo creado por las empresas, 16,57 millones, un 64,2% se genera por estas compañías, a pesar de que el 55% no tiene a nadie en plantilla. Representan los cuatro sectores de actividad, aunque una gran mayoría, más de 7 de cada 10 pertenecen al sector servicios, un 11% a la construcción, un 9% al sector agrario y roza el 6% el total de compañías industriales en España.
Respecto al empleo, la ecuación es algo diferente: el 75,5% lo crea el sector servicios, un 13,2% la industria, casi un 7% la construcción y un 4,4% el sector agrario. Más de 12,5 millones de trabajadores aportan las pymes a los servicios en nuestro país. Con respecto a Europa, la proporción de empresas es similar, pero aportan al empleo 3,2 puntos más que las pymes comunitarias. En cuanto al VAB, el Valor Añadido Bruto, la contribución española es 3,3 puntos más elevada sobre la media de la UE, en especial las micropymes.
A los habituales a los que se siguen enfrentando las empresas día a día, una recuperación a la baja con la situación actual, la morosidad que les afecta, la falta de vías de financiación que además se encarecerán con la subida de tipo y la falta de los Fondos Europeos que se circunscriben básicamente al Kit Digital, se suma el gran problema sobre la mesa: una inflación desmedida no vista en España en los últimos 40 años.
Según el último barómetro de Cepyme, la subida desmesurada de los precios hace que más del 60% de las empresas contemplen la situación económica actual como mala o muy mala. Y lo que es peor, para más de la mitad de las empresas la inflación reduce los márgenes, mientras que pone en riesgo la viabilidad del 15% de las pymes en España.
Otras derivadas pasan porque el 16% de las pequeñas y medianas empresas se ven obligadas a buscar financiación para afrontar unos gastos crecientes. Lo que además repercutirá en mayor medida con la subida de tipos en ciernes: no solo mayores costes, sino dificultad de más envergadura para acceder a nuevo dinero que ayude a mantener el día a día de la empresa. Dinero que será más caro, por tanto, y más difícil de conseguir. Una situación que, además se produce cuando todavía, las empresas se mantienen en una delicada situación, en pleno proceso de recuperación tras la pandemia que ha afectado en gran modo a las pymes españolas. Y esto abre la puerta a la esperada desaceleración y sus posibles efectos futuros, con menos actividad y menor inversión, a la caída en la creación de empleo.
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