En los últimos meses se han producido importantes cambios en el organigrama de Banca March, ¿cuál es el objetivo de estos movimientos? Es un cambio natural en una organización que quiere seguir creciendo, dando oportunidades a los profesionales de la casa. Un mercado dinámico como este requiere transformación y compromiso, pero no es un cambio rupturista, sino lógico con la evolución de la compañía para seguir impulsando su modelo de negocio. Este año hemos consolidado ese modelo, que tenemos perfectamente definido y que perciben los clientes, para convertirnos en una entidad de referencia en banca privada. Nuestro Plan Estratégico 2017-2019 seguirá esos pasos, para mantener un crecimiento de dos dígitos anual. También acaban de crear una unidad exclusiva para inversores institucionales, ¿cómo piensan competir en este segmento? También es una evolución natural del modelo del banco. Los clientes institucionales tienen necesidades propias, son un segmento muy activo en el que podemos aportar valor, y contamos con un equipo profesional y comprometido con un ambicioso plan de negocio para ser actores, en la cuota de mercado que nos corresponda, de ese entorno tan dinámico. ¿Cuánto representará este tipo de clientes en el conjunto de la entidad? En números muy gruesos, podemos estar hablando de un negocio de unos 12.000 millones de euros. De esa cifra, una cuota razonable para los próximos tres años se situaría entre los 1.200 y los 1.500 millones, englobando todo el perímetro con inversión directa, depositaría, etc. La compra de Inversis ha sumado mucho al negocio de la entidad, ¿tienen pensado más operaciones de este tipo, crecer vía compras? Inversis nos permite tener una plataforma tecnológica puntera para prestar servicios de inversión. Siempre defendemos que las capacidades de crecimiento del banco son orgánicas, lo que no significa que no estudiemos otras posibilidades, como pasó con la compra hace cuatro años de Consulnor en el País Vasco, una compañía especializada en gestión de patrimonio que nos permitió dar un salto cuantitativo muy importante. No nos negamos a analizar operaciones de este estilo si aportan valor y diferenciación. Pero no jugaremos en otro tipo de operaciones inorgánicas en el sector financiero. ¿Cómo valora la evolución de March AM, la gestora del Grupo? Es un pilar para nosotros, con una estructura de producto tremendamente alineada con las necesidades del banco, arquitectura abierta, productos muy potentes y números de rentabilidad imposibles de cuestionar. No solo en la parte de fondos, sino también en la de pensiones, con tres productos que son los primeros de su ranking actualmente. La gestora aporta valor al banco, ha crecido a su mismo ritmo con productos estrella como la Sicav institucional Torrenova, que cuenta con más de 5.000 partícipes y 1.300 millones de euros de patrimonio. Habla de Torrenova. Tras la formación de Gobierno, ¿le preocupa el futuro de las Sicav? Las Sicav tienen una legislación que las ampara y que sigue vigente. Todo apunta a que habrá novedades, pero estaremos preparados para asumirlas cuando lleguen. Siempre hay alternativas. Creo que es un magnífico vehículo de inversión, y pese a lo que se piensa, no es exclusivo para los grandes patrimonios. Torrenova, por ejemplo, permite inversiones desde 1.000 euros. Es cierto que algunos clientes han mostrado interés, pero creemos que no hay que preocuparse, y si viene algún cambio lo asumiremos y trabajaremos sobre ello. ¿Es difícil hablar de fondos con el cliente español? La cultura financiera española en términos de ahorro y protección debe evolucionar. El mercado nos ha demostrado que hay que tener muy claro que existen alternativas que, bien gestionadas, permiten descorrelacionar en situaciones muy tensas del mercado. Ahorrar diversificando es clave en este sentido, y esa diversificación llevada a fondos permite una gestión más profesionalizada y una asunción de riesgo más limitada. Aún así, los fondos siguen siendo grandes desconocidos en su capacidad para aportar valor en las carteras, pero tienen un futuro prometedor siempre que estén construidos desde una perspectiva de creación de valor y de transparencia con los clientes. ¿Qué debe pasar para que los ahorradores pasen de la vivienda y el depósito a este tipo de productos? Toda mejora fiscal sería bienvenida para potenciar el ahorro, pero no se puede simplificar y pensar que la única base de decisión para ese ahorro a largo plazo sea su estructura fiscal. El ahorro no puede ser la diferencia entre el ingreso y el gasto, sino que debe formar parte del presupuesto de los ingresos. Otro de los grandes errores es interpretar los planes de pensiones solo como un producto. Tienen esa estructura, pero con una dinámica de gestión clara en cada etapa de la vida, dependiendo de la capacidad de ahorro y el riesgo que se puede asumir. Bien estructurado, el plan de pensiones puede significar la diferencia real en la jubilación, y nosotros nos preocupamos mucho de explicar cómo la previsión debe formar parte de un asesoramiento global bajo los criterios del banco: prudencia, largo plazo y preservación del patrimonio. MiFID II llega en enero de 2018, ¿cómo impactará en la entidad? Para nosotros la regulación no es un problema. Nos obsesiona cumplirla a raja tabla porque queremos ser rigurosos con el mandato del regulador, cuyo trabajo no es hacer la vida imposible a las entidades, sino velar por los intereses de los clientes. Es cierto que MiFID II va a transformar el sector. Pero cuando ofreces un servicio de calidad y el cliente es consciente de que lo paga, no hay oscurantismo en esa relación. ¿A qué otros retos se enfrenta el sector financiero? En entornos de tipos cero las rentabilidades son muy difíciles de conseguir, y la banca debe adaptar su modelo de negocio a esta nueva realidad. En nuestro caso, somos muy capaces de generar valor y dependemos menos que la mayoría del sector del margen financiero. Lo importante es ser capaces de ir adecuando la capacidad del banco de generar su cuenta de resultados sin variar en absoluto el origen de esa generación, que en nuestro caso está basado en el asesoramiento y en el objetivo de liderar la banca privada y patrimonial. Eso nos da estabilidad en la consecución de resultados e ingresos, perfectamente transparentes con el cliente. Lo han demostrado con su solvencia estos años… El modelo de negocio de Banca March vuelve a verse validado por la solidez de su balance. El ratio de solvencia se situó a finales de septiembre en el 20,42%, el mayor del mercado español. Por su parte, la morosidad de la entidad alcanzó el 3,56%, la más baja del sector, con una cobertura de riesgos morosos del 83,96% (el sector presentaba una tasa de cobertura del 58,87% en agosto, último dato disponible) y un ratio del liquidez del 127%, muy superior a la media del sector. Asociado a la regulación, la digitalización también es un proceso clave para el sector. ¿Cómo están posicionados en este segmento? Todos tenemos claro que hay un exceso de capacidad instalada en el sistema financiero. Nosotros ya hicimos nuestro trabajo en este sentido, y contamos con la estructura y la capacidad de distribución a través de red que queremos tener, lo que nos permite orientar muy bien el crecimiento. La digitalización y nuestra obsesión por las nuevas tecnologías no son un fin en sí mismo, sino una herramienta de nuestro compromiso para permitir al cliente la mejor experiencia en relación con el banco. Estamos haciendo un esfuerzo importantísimo, involucrados en un plan estratégico de sistemas de información que busca mejorar esa relación a través de canales como smartphones, tablets, web, etc.
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