La aportación social de las empresas marca la diferencia entre aquellas comprometidas y las que no lo están. La primera mesa redonda de la jornada del viernes de “Empresas españolas liderando el futuro” ha tenido como protagonista la Responsabilidad Social Corporativa, que ha abordado las diversas acciones que pueden realizar las empresas para contribuir a […]
BancaDirigentes Digital
| 19 jun 2020
La aportación social de las empresas marca la diferencia entre aquellas comprometidas y las que no lo están. La primera mesa redonda de la jornada del viernes de “Empresas españolas liderando el futuro” ha tenido como protagonista la Responsabilidad Social Corporativa, que ha abordado las diversas acciones que pueden realizar las empresas para contribuir a la mejora de la sociedad.
Ha contado con Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria “la Caixa” como principal interviniente, quien ha repasado varios puntos esenciales de la obra social de su entidad. “La obra social empieza cuando uno atiende bien a un cliente”, ha expresado Fainé, que diferencia entre los cuatro grupos de interés de una empresa: los empleados, los clientes, accionistas y la sociedad. Por ello, recalca que los empleados deben estar motivados, lo que en gran medida asegura que “los clientes estarán contentos”.
Esta primera barrera de acción se complementa con la tecnología, que en la actualidad se ha convertido en una herramienta para mejorar la atención al cliente. Sin embargo, Fainé incide en que “es muy importante la conexión personal con los clientes”. “Los bancos y las cajas no podemos deshumanizarnos”, reclama el dirigente.
El presidente de “la Caixa” ha asegurado que un requisito imprescindible para poder hacer obra social es “ganar dinero”. Considera que el buen funcionamiento de una empresa ya consigue repartir el beneficio de la empresa en la sociedad. Con lo que no está tan de acuerdo es “con esta política de no pagar dividendos” que se ha impuesto a los bancos para que proporcionen liquidez al tejido productivo y social. “Ahora nos hacen cotizar en bolsa y nos quitan los dividendos”, reflexiona Fainé, si bien estos dividendos también suponen una ayuda para las familias que los reciben.
Por otro lado, cree que la principal manera de dignificar a las personas es proporcionándoles la oportunidad de trabajar. Es optimista en cuanto a la transformación de los niños, de manera que gran parte de los esfuerzos de la Fundación se centran en mitigar la pobreza infantil, aunque advierte de que es “un trabajo a largo plazo y el efecto no se ve enseguida”. No obstante, este trabajo sirve para transformar “estos niños sin medios en personas de futuro para toda la vida”.
Fainé pone el énfasis en la infancia porque “con los pobres, a partir de una edad no se puede hacer nada”. “Cuando una persona se acostumbra a no trabajar y a vivir de limosna, no hay manera de que trabaje”, afirma Fainé. “A estas personas que les hemos encontrado trabajo duran 3 días, no quieren trabajar”, sentencia el dirigente.
Como reflexión final, el dirigente plantea que “se están abriendo brechas sociales que tendremos que abordar”. En particular, ha señalado a la globalización, que ha hecho que las diferencias sean “cada vez mayores”. Para reducirlas, solicita una mayor colaboración entre el sector público y el privado.
También han participado en la mesa redonda Fátima Báñez, coordinadora del proyecto “Empresas que ayudan” de la Fundación CEOE, así como Miguel Carballeda, presidente de la Fundación ONCE. Ambos han coincidido en señalar que la RSC puede resumirse como el compromiso de las empresas con la sociedad, así como una gestión responsable.
Báñez destaca “que la actividad de las empresas se haga respetando a las personas” y que se ponga el foco en cómo obtienen beneficio las empresas. Por su parte, Carballeda cree que esta situación de “calamidad” también puede representar una oportunidad. “Lo importante no es lo que se consigue, lo importante es lo que se supera”, ha concluído el presidente de la Fundación ONCE.