A ojos de los políticos, pareciera que lo más difícil ya se logró: unir a los dirigentes europeos para crear un gran fondo que ayude a recuperarse a los países más afectados por la crisis. A su vez, se consiguió el compromiso político de introducir nuevas herramientas que ahonden la integración de las economías europeas, […]
BancaDirigentes Digital
| 04 feb 2021
A ojos de los políticos, pareciera que lo más difícil ya se logró: unir a los dirigentes europeos para crear un gran fondo que ayude a recuperarse a los países más afectados por la crisis. A su vez, se consiguió el compromiso político de introducir nuevas herramientas que ahonden la integración de las economías europeas, incluso con la emisión conjunta de deuda.
Desde otras instancias se alaba el potencial de la decisión y lo que puede suponer para la economía europea en su conjunto. No obstante, se advierte de que lo más difícil viene ahora: ejecutar los fondos europeos para que tengan un impacto ostensible en la ya desequilibrada economía española.
Los últimos en alertar de esto han sido los bancos, en un foro llamado ‘La banca ante la reconstrucción de la economía’, promovido por la Asociación Española de Banca (AEB). En su turno, Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, compartió los cálculos de su institución, que adelanta que la ejecución plena de los planes puede sumar 1,3 puntos porcentuales al PIB español este año.
“Será mayor en medida que una mayor proporción de los fondos se dediquen a inversiones de crecimiento potencial”, defiende Arce. Este argumento tiene que ver con la modernización de la economía y con que el dinero no se dirija a gastos corrientes, sino a inversiones productivas.
Sin embargo, Arce se diferenció del resto de ponentes apuntando dos nuevas prioridades que tienen que acompañar el resto de esfuerzos: mejorar el capital físico y el capital humano. Asimismo, cree que será fundamental que se prime la calidad de las inversiones por encima de la cantidad y alerta del riesgo de repartir el dinero con prisa.
La economista jefe y subdirectora general de Banco Sabadell, Sofía Rodríguez, comparte algunas de las tesis de Arce. “Dependiendo de cómo se ejecute el programa los beneficios se pueden ver menoscabados”, dice Rodríguez. Observa que existe incertidumbre en cuanto a la ejecución de los proyectos, así como por el apetito de las empresas al acudir a por los fondos.
“Es un reto que la canalización se haga de forma capilar y consiga lo que persigue: la transformación del tejido productivo”, afirma. En ese sentido, destaca que las pymes deben ser beneficiarias de los proyectos: “Cuesta ver que vayamos a hacer una gran transformación si no transformamos a las pymes”. Por otro lado, diferencia la anterior época de crisis, en la que la política europea estuvo basada en la austeridad. Ahora “hay una condicionalidad importante”, explica, pero en este caso se pone el foco en “ayudar a hacer reformas y no tanto en la austeridad fiscal”.
Por su parte, Alejandra Kindelán, directora del Servicio de Estudios, Public Policy y Relaciones Institucionales de Banco Santander, confía en que este paso adelante en la integración europea favorezca a toda la economía y también al sector bancario.
“Se dan pasos muy importantes en la integración europea que van a beneficiar al sector”, argumenta Kindelán. Así, recalca los bancos van a ser “protagonistas” en la recuperación, si bien apuesta por un cambio en la política económica de los gobiernos. Por ello, las ayudas directas aparecen como solución para controlar el endeudamiento y las tasas de morosidad que pueden acabar dañando el sector.
Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA y director de BBVA Research, lamenta que “la crisis va a dejar cicatrices y van a ser profundas”. De ese modo, los fondos europeos son más importantes todavía, a su juicio. “Nos jugamos mucho en estas reformas y la relación con Europa”, anuncia Sicilia, quien reconoce que las reformas que se exigen dejarán “ganadores y perdedores”. No obstante, sostiene que se debe intentar compensar algunos de los sectores que pueden resultar perdedores a corto plazo.