Los procesos de fusión entre empresas pueden tener objetivos diversos. Uno de ellos puede ser ampliar la capacidad de inversión e intensificar la actividad. Esta motivación puede servir para agrandar el negocio o para acometer la entrada en otros mercados a nivel sectorial y territorial. En el caso de que la fusión entre CaixaBank y […]
BancaDirigentes Digital
| 09 sep 2020
Los procesos de fusión entre empresas pueden tener objetivos diversos. Uno de ellos puede ser ampliar la capacidad de inversión e intensificar la actividad. Esta motivación puede servir para agrandar el negocio o para acometer la entrada en otros mercados a nivel sectorial y territorial.
En el caso de que la fusión entre CaixaBank y Bankia se lleve a cabo, no sería ese el principal fin. El negocio de ambas entidades se encuentra en España, con la excepción de CaixaBank, que acumula 1,9 millones de clientes en Portugal gracias a su entrada en BPI.
La unión de estos bancos sirve para sumar los 7 millones de clientes de Bankia en España y los 13,6 millones de CaixaBank, si bien no hay que obviar la generación de sinergias, sobre todo a través de las oficinas y el capital humano. En este momento, adquiere especial relevancia que los bancos han optado por una estrategia de digitalización que permita reducir la necesidad de mantener oficinas abiertas.
Los clientes digitales de CaixaBank a finales del primer semestre alcanzaban el 64,7%, unos 8,8 millones, aunque el 67% de ellos sigue haciendo uso de las oficinas o pidiendo ayuda de gestores remotos. Mientras, la cifra de clientes digitales de Bankia asciende a los 4 millones, el 57,1% del total.
Para atender a sus clientes, CaixaBank mantiene abiertas 4.012 oficinas, según los datos de finales de junio. Sin embargo, tanto las restructuraciones como su estrategia digital le han permitido cerrar 418 oficinas en tan solo un año. En cuanto a las cifras de empleados, el banco de origen catalán alcanza los 30.772, lo que supone una reducción de 1.908 trabajadores en tan solo un año. En todo caso, se hace notar que tienen un coste de 1.329 millones de euros para la entidad.
Se cuentan menos sucursales de Bankia, que contabiliza 2.267 a finales de junio, 8 menos que a finales de 2019. En lo que respecta al número de empleados, alcanza los 15.947, 88 menos que en diciembre, si bien representan un coste de 540 millones de euros.
Si tenemos en cuenta estos datos se puede aventurar cuántos empleados y oficinas tendría que emplear la nueva entidad para dar servicio a sus 20,6 millones de clientes. Así, siguiendo el ratio de clientes por sucursal que ambas entidades tienen, la nueva compañía podría dar servicio a sus clientes con menos de 6.000 oficinas, frente a la suma actual de 6.279 con las que cuentan.
Con respecto a los empleados, la suma del personal de las dos compañías alcanza los 46.719. Con el ratio actual de clientes por empleado, el nuevo banco tendría que llevar su número de trabajadores hasta un rango entre los 46.610 y los 46.900.