DIRIGENTES entrevista a Andrés Mauricio González, profesor de EALDE Business School
EnergíaIsabel Garrido
| 23 feb 2024
Para conocer la situación actual del hidrógeno y en qué medida puede convertirse en una alternativa real a los combustibles fósiles, DIRIGENTES ha charlado con Andrés Mauricio González, profesor de EALDE Business School. En su opinión, algunos de los grandes retos actuales son los electrolizadores, el almacenamiento y el transporte del hidrógeno. Además, en este escenario las instituciones educativas también juegan un rol fundamental a la hora de generar contenidos académicos que permitan formar profesionales capaces de satisfacer la creciente demanda de empleo que se espera en este sector.
El sector del H2V está en pleno desarrollo, tanto en España como en los países del entorno. En España ya se cuenta con plantas de producción importantes como la de Iberdrola en Puertollano o la de Acciona en Mallorca. En el segundo semestre de 2023, la Comisión Europea publicó los términos y condiciones para la entrega de fondos del Banco Europeo del Hidrógeno, con lo cual se entiende que existe un ambiente positivo en cuanto a las posibilidades y se está promoviendo su investigación y desarrollo.
El hidrógeno se lleva usando mucho como materia prima en la industria química, petroquímica y en la metalurgia. Igualmente, se puede usar como combustible para motores. Sin embargo, el “resurgir” que ha tenido en los últimos años se debe al uso que se le puede dar como almacenador de energía cuando se produce mediante electrólisis, el cual es un proceso que requiere energía eléctrica. Si esta energía eléctrica se produce con energías renovables, el hidrógeno se puede ver como una batería que permita almacenar, transportar y usar cuando y donde se necesite esa energía limpia.
Sí, efectivamente es una alternativa a los combustibles fósiles, sobre todo en las industrias que son difíciles de electrificar porque a partir del hidrógeno se puede obtener energía eléctrica, mecánica o térmica. Todo esto tiene sentido siempre y cuando su proceso de producción sea bajo en emisiones de CO2.
Como se mencionó anteriormente, el hidrógeno no es nuevo, pero una de sus grandes desventajas es que durante el proceso de fabricación se generan grandes cantidades de CO2. Existe un proceso llamado electrólisis que, mediante el uso de energía eléctrica, separa la molécula de hidrógeno de la de oxígeno en el agua. Este proceso no libera CO2, pero requiere grandes cantidades de energía, que si se producen con fuentes convencionales o contaminantes no aportan a la reducción de emisiones. Ahí es donde las energías renovables hicieron su gran aporte y le dieron un lugar al hidrógeno como actor de la transición energética. La generación de energía eléctrica FV o eólica se ha ido mejorando con los años, al punto de ser competitiva con las otras fuentes convencionales.
El reto actual está en los electrolizadores. Los dispositivos que permiten llevar a cabo la electrólisis. Actualmente son costosos y el proceso requiere aproximadamente nueve litros de agua y 50 kWh para fabricar un kilogramo de hidrógeno, lo cual genera una gran oportunidad de mejora para que el proceso como tal de la electrólisis sea más eficiente, tanto en el uso del agua, como en el uso de la energía, por muy limpia o renovable que esta sea.
Efectivamente, otro de los grandes retos es el almacenamiento y transporte del hidrógeno, en parte por la baja densidad energética volumétrica, es decir, que se requieren grandes espacios para almacenar cantidades útiles comparado con otros combustibles. Así como con los electrolizadores, existen actualmente grandes esfuerzos en I+D para mejorar estos aspectos y se puede ver como algo positivo, debido a que abre nuevos espacios de investigación y trabajo para investigadores, además de que puede motivar a los jóvenes, al ver que existen nuevos campos en los cuales desempeñarse profesionalmente. Se podría decir que estos retos actuales abren la posibilidad a entrenar profesionales e investigadores de otra manera, para atender retos nuevos.
Existen algunas empresas españolas, tanto pymes como empresas más grandes, que se dedican al diseño y fabricación de electrolizadores, por ejemplo. Por otro lado, como se mencionó anteriormente, ya existen también plantas de producción importantes en el territorio español, con lo cual el país reafi rma su capacidad de respuesta a los cambios y requerimientos del mercado, así como lo ha hecho con la FV y la eólica desde hace algunos años.
En este aspecto, parte del reto recae en las instituciones educativas para generar contenidos académicos que permitan a los interesados, ya sean estudiantes jóvenes o profesionales en formación continuada, formarse dentro del país para atender a este mercado. Las ofertas de empleo en el sector llegarán, pero tendrán sentido en la medida en la que existan profesionales capacitados en el sector.