¿Qué elementos de la cadena de valor de la energía fotovoltaica aún son desconocidos para la mayor parte de la población? Estamos en una fase del sector en la que la población desconoce muchas cosas. A mí me gusta explicarlo con ejemplos. Con la moda, por ejemplo. Ahora mismo tú vas a una tienda sabiendo […]
EnergíaDirigentes Digital
| 04 ene 2023
Estamos en una fase del sector en la que la población desconoce muchas cosas. A mí me gusta explicarlo con ejemplos. Con la moda, por ejemplo. Ahora mismo tú vas a una tienda sabiendo qué talla te sienta bien, qué marca, etc. Casi que solo piensas en el color de la prenda. Sin embargo, en el mercado fotovoltaico aún estamos como en la época del sastre. Tú antes ibas al sastre y como mucho podías elegir la tela y tenías que confiar en el sastre y pensar que te iba a hacer una buena camisa, pero no lo podías saber hasta que no estaba hecha.
Con la fotovoltaica pasa igual: el sastre es el instalador fotovoltaico y la tela son los productos, los paneles e inversores. Tú eliges esos paneles e inversores, y esperas que el sastre haga un buen traje en tu tejado y quede todo perfecto. Llevándolo totalmente al terreno de la fotovoltaica, ni los clientes finales pueden comparar ofertas entre los instaladores ni las ofertas de los instaladores son comparables entre sí. Por eso, cuando hablamos de la cadena de valor fotovoltaica siempre decimos que los clientes desconocen muchas cosas. No son capaces de elegir los tipos de material porque no tienen conocimientos suficientes sobre las marcas de fabricantes, tecnología, material, etc. Realmente compran por recomendación. Normalmente porque conocen a alguien que se ha hecho una instalación y lo hacen con el mismo instalador. Y este es uno de los problemas que hay. La población debería tener accesible ese conocimiento para que pudiera elegir a conciencia.
Por otro lado, también hay muchos bulos en torno a la energía fotovoltaica. Por ejemplo, hoy en día la gente sigue pensando que se gasta más energía en la fabricación de los paneles fotovoltaicos que la energía que el propio panel genera. Es un bulo que se extendió y mucha gente piensa que es así, que la fotovoltaica no ahorra y no ayuda al planeta.
Cuando miras el mapa de irradiación en Europa, te das cuenta de que en España tenemos más del doble de la irradiación que hay en Reino Unido, por ejemplo. Por lo tanto, la oportunidad está ahí. Está claro que, generando energía propia como la fotovoltaica, ganas independencia. Es un hecho innegable.
Pero lo que también es verdad es que la energía fotovoltaica tiene sus limitaciones y debemos de ser conscientes de esto. La principal limitación es que la energía se genera cuando hay sol, y si no hay sol, no se genera. Cuando llueve, la generación es más limitada. Por eso un país no puede depender exclusivamente de una fuente de energía que no es predecible. De ahí que una política estatal tampoco se pueda basar en fuentes que no son predecibles porque los consumidores no se adaptan a esto, cuando está nublado, no gastas menos energía como consumidor, gastas la misma, pero estás generando menos.
En resumen, ¿aumenta la independencia? Sí, totalmente, pero con ese inconveniente. Creo que todo cambiará radicalmente cuando la tecnología de almacenamiento en baterías madure y se consolide. Eso vendrá, pero a día de hoy aún no es una realidad.
Esto depende de la curva de carga. Es decir, de cuándo una persona o una empresa consume la energía. Si consumes tu energía cuando hay sol, como un negocio que abre de 9 a 20 horas, puedes ahorrar hasta el 100% de la energía que consumes en horas de sol. Por eso, cuando una persona o una familia pone fotovoltaica, si la dimensiona bien para ahorrarse la energía que consume durante el día, sobre el 100% de la energía que consume la fotovoltaica le aporta en torno al 50-65% de media.
Realmente el payback (plazo de recuperación) no ha bajado de 7 a 2 años. Sigue estando entre 7 y 15 años. Lo que ocurre es que cuando recibes ayudas como los fondos Next Generation o incentivos fiscales en el IBI, te rebajan la inversión inicial. Esto da como resultado que la instalación en lugar de costarte 7.000 euros, te cuesta 4.000 euros y esto rebaja el payback de 7 a 3,5 años. Pero es algo engañoso, porque es un ahorro generado por unos incentivos estatales.
En cualquier caso, la tecnología fotovoltaica es muy competitiva y tener un payback de ocho años es más que aceptable. De hecho, todos los países europeos tienen paybacks superiores a los ocho años. Lo que ocurre es que nuestra mentalidad es muy cortoplacista y queremos que las inversiones sean rentables a corto plazo. Además, el payback es inversamente proporcional a la energía que eres capaz de ahorrar. Cuanta más energía seas capaz de ahorrar, más rápido amortizas la inversión.
Lo que también está claro es que el precio de la energía eléctrica es muy alto y el precio de las instalaciones fotovoltaicas no para de decrecer, por lo que los paybacks son y serán cada vez mejores. Por la subida del precio de la energía eléctrica, pero también porque los materiales y la tecnología fotovoltaica son cada vez mejores.
Todo lo que sea simplificar y hacer fácil la adquisición de instalaciones fotovoltaicas obviamente impacta en su fomento. Cuando nosotros comenzamos, la instalación se demoraba casi un año, por las licencias, permisos, etc. La eliminación de estas trabas ha generado un gran impulso en la instalación de fotovoltaica.
Se está yendo hacia la simplificación de estos trámites porque también hay un incentivo muy grande a nivel gubernamental de impulsar estas tecnologías, sobre todo por la presión que viene desde Europa. El problema que tenemos en España es que cada municipio decide y regula sobre lo que pasa en ese municipio. Esto lo estamos viendo mucho ahora con los incentivos. Cada municipio implementa los incentivos que más les convienen. Y esto son trabas e incertidumbres que el cliente final no entiende ni está acostumbrado a ellas. Por tanto, todo lo que reduzca esa inmediatez reduce las compras también.
En 2022 hemos visto cómo el autoconsumo ha explotado porque la gente durante este año ha visto cómo su factura de la luz ha crecido exponencialmente. Incluso se ha multiplicado por dos en muchos casos. Creo que cuando el precio de la luz se regule y baje a un nivel más normal, la demanda de paneles fotovoltaicos decrecerá un poquito, pero es lo normal.
En 2023, seguiremos teniendo un sector que va a seguir creciendo mucho y que va a estar a la cabeza de Europa en número de instalaciones conectadas, pero este crecimiento no se va a sostener tanto en el tiempo por lo que explicaba, porque el precio de la electricidad se va a contener. También es cierto que este es un mercado en constante crecimiento y esto hace que se convierta en un producto de masas porque cada vez más gente adopta esta tecnología. En España, nos hemos saltado un poco ese proceso por el incremento tan grande del precio de la energía eléctrica y los incentivos, pero iremos hacia algo más normal. Aunque no podemos negar que hemos dado un gran salto hacia adelante y esto va a acelerar la implementación de la fotovoltaica en España.