Remigio Abad cuenta con una intensa trayectoria profesional en el sector de la energía que le ha llevado a pasar por grandes empresas como Telefónica, Sitel, Baquia o Endesa, donde ha ido acumulando su experiencia. En 2018, se incorporó a Powen como director general y, cuatro años más tarde, comenzó una nueva etapa de la […]
EnergíaDirigentes Digital
| 27 feb 2023
Remigio Abad cuenta con una intensa trayectoria profesional en el sector de la energía que le ha llevado a pasar por grandes empresas como Telefónica, Sitel, Baquia o Endesa, donde ha ido acumulando su experiencia. En 2018, se incorporó a Powen como director general y, cuatro años más tarde, comenzó una nueva etapa de la mano del Grupo portugués Greenvolt, como CEO de Greenvolt Next España.
El cambio climático es un problema global que hay que atacar desde diferentes frentes y, evidentemente, el uso de las energías renovables es una de las mejores soluciones para luchar contra él.
El uso de energía fotovoltaica está creciendo de forma exponencial a gran velocidad. De 2019 a 2021 se multiplicó por tres, pasando de 5 GW instalados a 15,2 GW y se espera que a cierre de 2022 sobrepase los 20 GW.
En lo que se refiere al autoconsumo, se ha duplicado con respecto al año pasado y las previsiones apuntan a que en 2023 el crecimiento será todavía mayor. Estamos ante un cambio de mentalidad en la sociedad en el que la creencia ya es que el uso de esta fuente de energía renovable supone unas ventajas para el consumidor que van mucho más allá de las medioambientales y, por eso, la energía solar fotovoltaica ya ocupa casi un 8% de la generación total de energía en España.
Está claro que la inversión que recibe el consumidor a la hora de elegir la energía solar fotovoltaica frente a otro tipo de energías es un arma potente que ayuda a la capacidad de toma de decisiones del consumidor.
Cada vez nos encontramos un perfil de gente más decidido a apostar por las energías renovables como fuente de generación de energía, más concretamente con la solar fotovoltaica, sobre todo para empresas, que son las instalaciones que obtienen un mayor ahorro y cobertura.
Una instalación de energía solar fotovoltaica para cualquier empresa se traduce en miles de ventajas. No solo está la evidente ventaja del ahorro y la mejora de la competitividad en términos económicos, sino que, además, la instalación revaloriza los activos de la compañía, supone una ventaja diferencial frente a sus competidores porque amplía los márgenes de beneficio y añade un alto valor social al estar produciendo lo mismo, pero contaminando mucho menos.
No existe una respuesta exacta para esta pregunta, ya que depende de múltiples factores (irradiación solar, patrón de consumo, precios de compra de la energía…). En términos generales, el ahorro puede suponer hasta un 70% del total de la factura, pero todo va a depender siempre del uso y la producción de la planta. En Greenvolt Next diseñamos instalaciones personalizadas y buscamos siempre que se adapten a las necesidades del cliente, adecuando la producción de la instalación a los tiempos de uso energético de la empresa.
España es un país muy preparado para que este tipo de servicios puedan descentralizarse. Parte de nuestra estrategia de posicionamiento en el país es dar solución a todas aquellas empresas que se encuentran en zonas descentralizadas y que apuestan por la energía solar fotovoltaica como forma de generación de energía. Creemos que España se puede convertir a través de la explotación adecuada de las energías renovables y, en concreto, la solar fotovoltaica, en un importante jugador en el mercado energético.
España en general tiene las características necesarias para que la energía solar fotovoltaica sea la mejor alternativa frente al uso de otro tipo de energías. No obstante, las regiones que ofrecen mejores rendimientos de producción son las que mayor tiempo de sol obtienen.
La instalación de energía solar fotovoltaica influye directamente en los beneficios de las empresas que se deciden a apostar por ella, por lo que esto repercute directamente en la economía local del territorio en el que se encuentra.
¡Por supuesto! En la sociedad siempre hemos vivido momentos de gran desarrollo en determinados sectores y en determinadas épocas. Ahora, podemos decir que es el momento de las energías renovables y lo va a ser durante mucho tiempo.
Tanto la energía solar fotovoltaica como el resto de las energías van a experimentar un fuerte crecimiento estos próximos meses y seguramente serán un gran punto de partida para los siguientes años. Actualmente contribuye en un 1,6% del PIB nacional.
Dos crisis. Primero la de la pandemia y, después, la energética, derivada de la guerra en Ucrania, han puesto en evidencia las limitaciones de la globalización y que la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables se hace más necesaria que nunca. En este escenario, el Informe Anual UNEF – Energía Solar, apuesta segura por la recuperación económica, elaborado por la Unión Española Fotovoltaica, apunta que, en lugar de hablar de geoestrategia, sería más preciso utilizar el término de tecnoestrategia. Una expresión que engloba el objetivo de “acelerar la transición ecológica y energética para reactivar la economía, fomentar la reindustrialización y la creación de una cadena de valor nacional, garantizando nuestra independencia energética”.
Según se desprende de sus páginas, España cuenta con una importante posición en la cadena de fabricación fotovoltaica. Por un lado, dispone de tecnología propia en los elementos con mayor valor añadido de la cadena de valor, como son la electrónica de potencia, seguidores, estructuras, diseño, especistas y promotores. Y, de igual modo, aglutina un buen número de empresas referentes a nivel mundial, principalmente en la fabricación de seguidores solares e inversores. En este sentido, tal y como indica el documento facilitado por UNEF, este país ya puede cubrir hasta un 65% de los costes de una planta fotovoltaica. No obstante, el 35% restante se produce mayoritariamente en Asia, concretamente en China.
La Unión Española Fotovoltaica considera que, al disponer de una ventaja competitiva, relacionada con la existencia de terreno y de recurso solar, se debe promover la constitución de España como un hub industrial fotovoltaico. Para no perder el 65% actual propone proteger la industria mediante un desarrollo estable del mercado y, para aspirar al 100%, hacer una apuesta coordinada a nivel europeo que permita situar la cadena de valor fotovoltaica como una estrategia europea que facilite al continente disponer de una capacidad total de fabricación.
Por otra parte, la energía fotovoltaica también ha generado un importante impacto en la creación de empleo en España. De hecho, desde la eliminación del impuesto al Sol en 2018, el sector ha mantenido un crecimiento constante. En 2017 se crearon un total de 24.526 puestos de trabajo entre puestos directos, indirectos e inducidos; en 2018 se generaron 29.306; en 2019 esta cifra se situó en los 58.699 empleos; en 2020 en los 58.892 y en 2021 el sector fotovoltaico generó en total 90.742, según el Informe Anual UNEF – Energía Solar, apuesta segura por la recuperación económica.
De cara al futuro, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) declara en su informe Renovables 2022 que las energías limpias experimentarán un crecimiento sin precedentes en los próximos años. Así, la expansión de la capacidad renovable será más rápida de lo que se preveía en su análisis del año pasado. Entre 2022 y 2027 se espera que las energías renovables crezcan en casi 2.400 GW, lo que representa una aceleración del 85% respecto a los últimos cinco años y casi un 30% por encima de lo previsto en el anterior informe de la AIE sobre el sector.
Asimismo, esta expansión se producirá principalmente en China, la Unión Europea, Estados Unidos y la India, y la generación de origen eólico y solar se sitúan a la cabeza. El documento confirma que en el próximo lustro la electricidad procedente de estas fuentes se duplicará y aportará casi el 20% de la generación mundial de electricidad en 2027.