La deriva inflacionista del precio de la energía está generando consecuencias en todos los sectores de la economía. La factura de la luz, pese a que se ha alejado del máximo histórico registrado el pasado 7 de marzo (544,98 euros/MWh), sigue duplicando a la de doce meses atrás. Solunion ha publicado el informe Sector eléctrico […]
EnergíaDirigentes Digital
| 26 may 2022
La deriva inflacionista del precio de la energía está generando consecuencias en todos los sectores de la economía. La factura de la luz, pese a que se ha alejado del máximo histórico registrado el pasado 7 de marzo (544,98 euros/MWh), sigue duplicando a la de doce meses atrás.
Solunion ha publicado el informe Sector eléctrico en España, que analiza la situación del sector eléctrico y que incluye un sondeo realizado a compañías españolas durante los dos últimos meses para determinar el impacto que ha tenido el aumento del precio de la energía y las perspectivas de estas compañías a corto plazo.
Para un 65% de las empresas que han participado en la encuesta, el peso de la factura energética sobre los gastos de explotación es inferior al 30%. Además, el 47% afirma que la factura de la luz es, al menos, dos veces más cara que en 2021, frente a un 6% que declara no haber sufrido el alza de los precios que se ha producido en el sector energético.
De entre los consultados, el 69% afirma que subirá los precios de sus productos o servicios durante este año para hacer frente al aumento de los costes y un 15% se plantea una parada en la producción.
En España, el tejido empresarial está expuesto a la volatilidad del precio de la energía. El 65% de los negocios preguntados en el sondeo niega tener firmado un PPA – Power Purchase Agreement – que permite abonar un precio fijo por la factura energética. El 41% de las empresas participantes acude al mercado diario, frente a tan solo el 12% que tiene acordado un contrato con una duración superior a un año.
En cuanto a las perspectivas para este año, casi seis de cada diez (59%) empresas prevén que sus ventas se mantendrán estables en 2022 y alrededor de una cuarta parte (24%) espera una mejora en los resultados.
El estudio destaca la particularidad de la península como isla energética y en cómo esta condición ha blindado a España, en comparación con otros países europeos, de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania. Pese a esta característica, en 2020, nuestro país compró al exterior un 73,4% de la energía consumida, ocupando el petróleo y el gas casi la totalidad de las importaciones.
España ocupa la undécima posición en el ranking europeo de producción de energía renovable, suponiendo esta el 47% del mix de producción nacional. En los últimos años, la inversión se ha centrado en potenciar fuentes de energías limpias y en los ciclos combinados, siendo este último tipo de producción el responsable del aumento de la capacidad de suministro que ha experimentado España.
Nuestro país, debido a la alta diversificación de sus importaciones energéticas, no se ha visto fuertemente impactado por el conflicto en el este de Europa (al menos si comparamos la situación española con la de nuestros países vecinos). En 2020, Rusia ocupaba el cuarto lugar en el ranking de países que suministran gas a España, aportando tan solo el 10,3% del total, por detrás de Argelia (28,9%), EE.UU. (16,2%) y Nigeria (11,9%).
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