Tras la reciente "petición" del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la autoridad monetaria estadounidense de que retrase el primer incremento del precio del dinero desde 2006 hasta el año que viene, cuando tenga evidencias fuertes sobre la inflación, y ante unos datos económicos que no terminan de convencer, una reciente encuesta de Bloomberg muestra que el 40% de los economistas consultados apuesta porque este movimiento no se produzca hasta después de septiembre.
En concreto, aunque un 50% cree que se producirá en dicho mes, hay un 9% que apunta a octubre, un 20% por diciembre y un 10% que señala a "algún momento ya en 2016". Estos expertos señalan a la salud del mercado laboral y a las presiones bajistas sobre los precios como principales "motores" para que la subida de tipos se aplace.
Los datos de empleo " siguen siendo claves para la Fed. Pero, también muy confusos a la hora de tomar decisiones", afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. "¿Consideran positivos los datos de mayo conocidos el viernes? Lo son sin duda. Pero un mes no hace una serie. Aunque en los últimos meses se percibe una mejora del mercado de trabajo que invita a considerar seriamente la posibilidad de comenzar la normalización monetaria. ¿O aún consideran que hay margen para aplazarla?", se pregunta.
Destaca este analista que nos encontramos ante indicios ambiguos en la evolución de los salarios, mientras que la tasa de desempleo se aproxima a niveles de pleno empleo, pero el slack es aún elevado y, por ende, el desempleo estructural. Finalmente, duda de si de verdad se ha cerrado la brecha de producción.
"Nosotros consideramos los anteriores argumentos suficientemente sólidos como para mantener el status actual de la política monetaria. Pero, también es cierto, el éxito en su gestión es precisamente su carácter preventivo. Es importante en este sentido que la Fed vaya preparando al mercado del próximo inicio de la subida de tipos. Y lo haga de forma firme, huyendo de la ambigüedad (en muchos casos calculada) mantenida hasta el momento. Eso se denomina cambiar el ‘sesgo’. Y podría ocurrir ya en la reunión de la próxima semana", concluye.
A pesar de las dudas sobre el timing, está claro que la autoridad monetaria estadounidense se dirige a subir el precio del dinero. En este contexto, Russ Koesterich, nos recuerda que muchos de los clásicos "refugios seguros" pueden no serlo. Por ejemplo, los valores de alta rentabilidad como las utilities o los metales preciosos, pues en ambos casos hablamos de activos sensibles a los cambios en los tipos.
Así, cree que "los inversores deben considerar algunas ‘apuestas’ menos obvias para hacer frente a este ‘lastre’. Una de ellas es el sector financiero, pues los bancos se beneficiarán del potencial incremento de los tipos (…) aquellos con un posicionamiento más defensivo, por su parte, podrían preferir la industria sanitaria, pues, a diferencia de utilities o telecomunicaciones, se comporta relativamente bien en un entorno de subidas de tipos".
hemeroteca