Partiendo de la base de que nadie, quizá ni por el momento la propia autoridad monetaria, sabe exactamente cuándo podría producirse el primer incremento en el precio del dinero en Estados Unidos desde junio de 2006, del lenguaje de la Fed y de su presidenta, Janet Yellen, el mercado deduce que será en los últimos meses de este 2015 y de forma muy progresiva.
De momento, los distintos rumbos tomados por el banco central norteamericano y su homólogo de la Zona Euro ya se han dejado notar en las Bolsas: "En divisa local el Euro Stoxx ha superado al S&P 500 en un 15% desde que los inversores comenzaron a descontar las compras de deuda del BCE a principios de enero. Las dudas en torno al momento y al ritmo del endurecimiento de la política de la Fed siguen dominando las decisiones de inversión, junto a las preocupaciones por la valoración de los activos", explican los analistas de Barclays.
En este contexto, Bankinter recuerda que "las dos ocasiones anteriores en las que la Fed subió los tipos de interés (en junio de los años 1999 y 2004), el mercado continuó repuntando, aunque fuera de forma modesta". Además, añade, este movimiento "se producirá una vez que a mejora del consumo esté más consolidada, lo que seguirá dando soporte a los resultados empresariales".
Por su parte, los expertos de Link Securities añaden que si el repunte se produce como "consecuencia de la fortaleza de la economía, eso a la larga es bueno para las Bolsas puesto que las empresas deben verse favorecidas por una mayor actividad (…) las subidas de tipos serán paulatinas y éstos se mantendrán durante mucho tiempo a niveles históricamente bajos. Es evidente que cuando se produzca la renta variable lo va a notar, pero históricamente los mercados de valores siempre han subido en los 12 meses tras una primera subida de tipos por parte de la Fed".
Pero no sólo la importa la fase del ciclo económico en el que nos encontremos, opina la firma británica, sino que también son claves las expectativas de cara al futuro. Por el momento, "nos encontramos con que tanto el escenario actual como las estimaciones siguen siendo favorables para la renta variable, aún cuando nos dirigimos a un cambio en las políticas de la Fed", concluyen.
Aumentan las previsiones de crecimiento en Estados Unidos, mientras los indicadores claves, como el mercado laboral, mejoran de forma constante. Ahora bien, las de inflación han hecho todo lo contrario. Este "trasfondo" ha sido positivo para las Bolsas y ha ido acompañado de un cierto repunte en la rentabilidad de los bonos, y la volatilidad de las acciones ha sido en general benigna…
"Las preocupaciones por una posible ‘rabieta’ como la sucedida en 2013" son exageradas teniendo en cuenta este entorno, y es que en dicho año el contexto era de rebajas para las previsiones de crecimiento y aumentos para las de inflación, combinación que históricamente ha producido malos retornos en la renta variable en un horizonte de seis meses.
hemeroteca