Si el 11-S cambió los controles de seguridad en los aeropuertos y ayudó a poner el foco en algunas lagunas, la pandemia de coronavirus transformará por completo los procesos de higiene. De igual modo que hace veinte años era impensable tener que pasar las pertenencias por una rigurosa inspección antes de subir a un avión, […]
Dirigentes Digital
| 28 abr 2020
Si el 11-S cambió los controles de seguridad en los aeropuertos y ayudó a poner el foco en algunas lagunas, la pandemia de coronavirus transformará por completo los procesos de higiene. De igual modo que hace veinte años era impensable tener que pasar las pertenencias por una rigurosa inspección antes de subir a un avión, la nueva década trae consigo más novedades. En este sentido, una de las posibilidades que más resuenan en las quinielas es el pasaporte sanitario, como un documento obligatorio adicional, según apuntan algunos agentes del sector. Aunque esta medida no bastará por sí sola.
Por sus características, este tipo de instalaciones representan un alto foco de contagio. El elevado tránsito de pasajeros obliga a repensar procesos de saneamiento más eficientes y duraderos que sirvan como medida de prevención. Un estudio de BioMed Central Infectious Diseases, encabezado por científicos de la Universidad de Nottingham y del Instituto de la Salud de Finlandia, en el que se analizaban 90 superficies diferentes del aeropuerto de Helsinki- Vantaa, arroja que las bandejas de seguridad representan el mayor riesgo de contaminación viral. Durante un periodo de tres semanas en 2016, los investigadores tomaron muestras de los elementos con más posibilidades de carga de gérmenes como, por ejemplo, las escaleras mecánicas o los botones del ascensor entre otros. Sin embargo, ninguna de ellas registraba niveles tan elevados como el anteriormente citado, en el que cuatro de las ocho muestras tomadas dieron positivo.
Con esta premisa como punto de partida, la firma española UCE Machine ha desarrollado una máquina para eliminar microroganismos patógenos incrustados en determinados elementos. CleanBox es el nombre que recibe este sistema diseñado para la desinfección de objetos de uso común, entre ellos, las bandejas de los controles de seguridad de los aeropuertos. El grupo dedicado a la investigación de aparatos, procesos y artículos destinados a la protección de la salud pública comenzó su andadura en este proyecto hace cuatro años de la mano de Betelgeux, especializada en la higiene industrial y ganadera. Mientras que el primero se ha encargado de la parte técnica, el segundo ha facilitado las pruebas de análisis para poder llevarlo a cabo.
Aeropuerto de Alicante
Este tándem ha dado como resultado la creación de una patente a nivel mundial creada antes de tener constancia del SARS-CoV-2. Según explica a DIRIGENTES el cofundador de CleanBox, Vicente Monzó, este proceso asegura un nivel 0% de contaminación. En tan solo una hora, la máquina es capaz de limpiar 200 bandejas, con un gasto de 250 mililitros cada tres, frente a los tres litros por unidad actuales que estima la compañía al realizar el lavado a mano. Por lo que además de eficacia hay que añadir el factor medioambiental. Este método adhiere “un residual” a la bandeja que las mantiene libres de infección por un periodo de 72 horas. Otra de las particularidades de este aparato es su versatilidad, ya que también se puede usar en el comedor de los hospitales y colegios o supermercados para limpiar las bandejas de pan o pescado e, incluso, cuberterías.
Hasta la irrupción de la pandemia, la empresa valenciana contaba con una máquina a pleno rendimiento en el aeropuerto de Manises desde el pasado mes de octubre. A raíz de esta situación, han alcanzado acuerdos con los gestores de Alicante, Menorca y Barcelona. “No hay que pensar en que cuando esto finalice todo habrá acabado. Hay que seguir trabajando en la prevención”, sostiene Monzó, quien también lamenta que esta circunstancia haya servido como catalizador para dar a conocer su producto. “Lástima que no se nos hubiera hecho caso cuando llamábamos a las puertas”, agrega.