El abrupto confinamiento domiciliario de primavera forzó a cambiar de manera repentina los hábitos de la sociedad entera. Conscientes de esta situación, las empresas se vieron obligadas a repensar su modelo apoyados en la tecnología, en un esfuerzo por sobrevivir. Es por ejemplo, el caso de los gimnasios que, ante el cierre de sus instalaciones en los meses más duros de la crisis sanitaria, algunos apostaron por aprovechar las ventajas de la digitalización con clases de entrenamiento a través de la pantalla del ordenador.

Entre ellos se encuentra Gympass, compañía dedicada al wellness corporativo, que ofrece paquetes de programas de entrenamiento físico, fitness y nutrición personalizada, terapia psicológica o ejercicios de mindfulness, entre otros. El grupo brasileño con sede en Nueva York desembarcó en España en 2015 y, desde entonces, habían estado enfocados en el mundo offline con acuerdos para facilitar el acceso de la actividad deportiva a los empleados de las organizaciones adheridas. “No habíamos desarrollado todo lo que era la oferta digital para que la gente pudiera utilizar Gympass en sus casas”, reconoce a DIRIGENTES el CEO de Iberia de esta firma, Federico de Vicente.

“De un día para otro nos metimos en casa y nos pusimos a trabajar en un lugar al que no estábamos acostumbrados y nuestros cuerpos nos pedían no estar tantas horas sentados y hacer deporte”, detalla. Cuando el Gobierno anunció el decreto del estado de alarma el pasado 13 de marzo y con ella, el cierre de los gimnasios, esta compañía decidió adelantar casi un año el lanzamiento de su plan de oferta digital y comenzar su implantación en tan solo dos meses. En ese momento se encontraban testeando este producto en algunos países, así que experimentaron con una prueba y lo sacaron al mercado. 

Entre las opciones disponibles, una de ellas era la posibilidad de realizar las clases vía Zoom, herramienta que permite interactuar con el resto de los compañeros y sirvió para alimentar el sentimiento de pertenencia en esos momentos de aislamiento. “Lo que hicimos fue construir el producto digital, sabiendo que los gimnasios van a recuperar su nivel de usuarios y visitas poco a poco”, comenta. Pese a ello, se muestra convencido de que la aceleración de los procesos digitales a causa de la COVID-19 va a conducir hacia un mundo híbrido, en el que acudir a las instalaciones deportivas se va a complementar con una oferta digital. “Es una cuestión de tiempo”, remarca.

Otro de los aspectos que ha acelerado la pandemia ha sido el teletrabajo que, si bien ha repercutido en la mejora de la conciliación, puede afectar a otros ámbitos como la relación entre empleados. Precisamente y, aunque resulte paradójico por el contexto económico, De Vicente asegura que las organizaciones inscritas a Gympass han seguido reforzando este tipo de programas. “Para las empresas es fundamental cuidar a su empleado y estar en estos momentos es fundamental y crítico para ellos”, subraya. Así, de los cerca de 2.000 clientes corporativos con los que cuenta Gympass en España en el momento actual, 40 de ellos se han sumado en los últimos meses. A ello hay que añadir también otros 37 nuevos gimnasios, hasta un total de 2.000 centros deportivos a nivel nacional y 55.000 en el mundo.

El aislamiento en los hogares también ha provocado un repunte en el número de personas interesadas por el deporte, circunstancia ante la que la vía online les da impulso para iniciarse en una actividad. “Nos estamos encontrando con mucha gente que ha empezado a probar yoga que, al haber comenzado desde casa se sienten más cómodos que delante de muchas personas”, explica. Con cerca de 60 aplicaciones online desarrolladas y la mirada puesta en la vida pos-COVID-19, Gympass tiene muy claro que este sector virará hacia la fusión física y remota, en el que ambas modalidades tendrán que convivir de manera simultánea.