En una situación como esta es normal que una gran incertidumbre se filtre a todos los niveles de la sociedad, y como no podría ser de otra manera, también afectando el panorama empresarial. Por eso vamos a echar un vistazo a las mejores medidas de protección que pueden llevar a cabo las empresas y los […]
Dirigentes Digital
| 19 may 2020
En una situación como esta es normal que una gran incertidumbre se filtre a todos los niveles de la sociedad, y como no podría ser de otra manera, también afectando el panorama empresarial. Por eso vamos a echar un vistazo a las mejores medidas de protección que pueden llevar a cabo las empresas y los propios empleados para garantizar la productividad y la seguridad en el trabajo a partes iguales.
La primera medida es una de las más importantes para asegurar la seguridad de tus trabajadores: tomar la temperatura. Ya hemos visto realizar esta prueba en muchos lugares concurridos (y se seguirá haciendo durante bastante tiempo), ya que poder medir la temperatura de las personas que van a reunirse y determinar si alguien puede estar enfermo ha demostrado una gran eficacia a la hora de evitar posibles focos de contagio. La tecnología más utilizada para este fin es la del termómetro infrarrojo, pues permite realizar este análisis a distancia sin la necesidad del contacto físico entre el posible afectado y cualquier otro elemento.
Los trabajadores deben estar bien informados acerca de cómo deben actuar junto a sus compañeros para asegurar la salud de todos, por este motivo se deberían distribuir y colocar de manera visible por todo el lugar de trabajo varios carteles informativos sobre cómo prevenir el contagio. Es una herramienta sencilla e imprescindible para evitar situaciones no deseadas.
Además de estas señales preventivas, los empleados deberían disponer de un equipo de protección, como guantes, mascarillas y demás útiles para garantizar la sanidad del lugar de trabajo. Estas herramientas, junto con la ya conocida por todos distancia de seguridad, permitirá a los empleados sentirse seguros, respaldados por su empresa y capaces de realizar su labor sin sentir miedo por su seguridad.
A la hora de transportar material en un vehículo, independientemente de su tamaño, lo más aconsejable es que solo puedan viajar con ella hasta dos personas. Que en estos desplazamientos participen más personas de las que deberían supone un considerable riesgo innecesario de contagio.
Sobre el terreno del movimiento de los empleados también es relevante mencionar que se debería reducir el tiempo que estos puedan pasar en la calle antes de volver a unirse a sus compañeros. Una sola interacción de un trabajador con alguien de fuera ya supone un posible foco de infección al regresar a su puesto de trabajo. Por eso, además, al salir y entrar de las instalaciones se debería llevar a cabo un proceso de desinfección para toda la plantilla de trabajo.
Sobra decir que si tenemos en cuenta la anterior medida, todas las personas externas que debido a su labor deban acudir a nuestra zona trabajo (comerciales, proveedores, transportistas, etc.) deberán ser cuidadosamente registradas, y tendrán que seguir todas las instrucciones de seguridad pertinentes con tal de evitar posibles contagios.
Como ya todos sabemos, una higiene apropiada puede prevenir la creación de nuevos focos de infección, como podrían serlo las herramientas que son utilizadas por varios trabajadores al realizar su labor, o los pomos de las puertas que usa todo el mundo. Por esta razón, en la zona de trabajo se deberían establecer zonas de limpieza con agua y jabón para el lavado de manos, y papel para su secado, ya que nunca se debería utilizar para esto algún tipo de toalla que sea compartida.
Por otro lado, se facilitará el incremento de la limpieza y desinfección de las instalaciones y zonas de trabajo, como también de las herramientas que, como hemos mencionado antes, puedan suponer un peligro debido a su elevado uso por más de un trabajador.
Después de hablar de la labor de la empresa llega el turno del deber de los empleados, porque, por supuesto, de ellos también depende la seguridad real que exista en el lugar de trabajo. Ellos deberán aprender cómo deben actuar a partir de ahora en esta nueva normalidad. Qué pequeños cambios y nuevas rutinas tendrán que seguir por el bien de todos.
La distancia de seguridad y los equipos de protección mencionados antes son eficaces, pero si los unimos a la apropiada higiene de cada trabajador tendremos la fórmula del éxito en tiempos de pandemia. Lavarnos las manos muy a menudo, con mayor o menor frecuencia dependiendo del trabajo que se realice, será un importante escudo contra la transmisión de una persona a otra. Por supuesto, deberían delimitarse zonas ordenadas y apropiadas donde realizar esta limpieza de cada trabajador.
Los trabajadores deben tener claro que compartir material como guantes, herramientas sin desinfectar, o demás utensilios podría suponer un grave peligro para su propia salud y la de sus compañeros. Afortunadamente, la mayoría de la población entiende de sobra el riesgo que traen consigo estas prácticas, pero siempre puede suceder algún descuido no deseado.
Para el correcto empleo de todos estos recursos, y la consecución de los objetivos marcados en pos de la salud en la zona de trabajo, debería realizarse una minuciosa observación por parte de un encargado. Dependiendo del tamaño de la plantilla y las necesidades de cada empresa (ya que cada una es un mundo), una o varias personas tendrían el deber de supervisar el curso de acción, asegurando así el óptimo empleo de todas las herramientas entregadas por la empresa, y del buen hacer de los empleados a la hora de seguir las nuevas dinámicas de trabajo.
En el peor de los casos, si se sospecha que algún trabajador padece los síntomas, dicho empleado debería quedar aislado del resto de sus compañeros para evitar problemas mayores, avisar a los servicios sanitarios, y solo se retomará la actividad laboral cuando dichas autoridades y el servicio de protección de la empresa