A finales de los años 90 el polígono de Julián Camarillo, situado al este de Madrid, estaba prácticamente desierto. En el año 2000, con la apertura del sector de las telecomunicaciones, cantidad de operadores comenzaron a necesitar una infraestructura suficiente para sostener sus redes, conectarlas e interconectarlas. Así nacieron los centros de datos, infraestructuras que […]
Dirigentes Digital
| 23 may 2023
A finales de los años 90 el polígono de Julián Camarillo, situado al este de Madrid, estaba prácticamente desierto. En el año 2000, con la apertura del sector de las telecomunicaciones, cantidad de operadores comenzaron a necesitar una infraestructura suficiente para sostener sus redes, conectarlas e interconectarlas. Así nacieron los centros de datos, infraestructuras que se encargan del alojamiento centraliza do, la interconexión y la explotación de equipos TIC. Hasta el año 2018 solo tres compañías operaban en España, aunque hoy son muchas más.
Una de las pioneras es Digital Realty-Interxion cuyo espacio técnico, que equivale a tres campos de fútbol, acoge 9.000 bastidores y más de 300.000 servidores que dan servicio a 400 clientes y 13.000 conexiones. “La tecnología ha permitido tener un mercado abierto y de la innovación, han ido naciendo tantos servicios digitales que necesitan un lugar donde alojarse”, explica Robert Assink, director general de esta empresa en la que confían gigantes tecnológicos de la talla de Google, IBM o plataformas de gaming.
Las salas de un centro de datos como este contienen cantidad de racs y cableado. Largos pasillos organizan decenas de habitaciones que encierran jaulas donde los clientes albergan sus datos. Pero, ¿qué procesos ocurren en su interior? Estas infraestructuras albergan plataformas digitales para el desarrollo de comercio electrónico; tv, vídeos en streaming y redes sociales, que, a través de dispositivos inteligentes suponen el 25% del total de cargas de datos a nivel mundial; aplicaciones de gaming ; procesos relativos a la industria 4.0., Internet de las cosas (IoT) o el funcionamiento de edificios inteligentes, además de las herramientas necesarias para apoyar el teletrabajo o la educación en línea.
El director general de Digital Realty-Interxion destaca que este tipo de empresa “es muy poco conocida para el gran público, pero muy relevante para la economía digital y el crecimiento de la economía en general”, porque, afirma, “en todas las zonas donde estamos, contribuimos al desarrollo de la economía y modernización de la sociedad para que otros, nuestros clientes, puedan prestar estos servicios digitales”. Esta compañía está presente en todos los continentes, concretamente en 25 países y 50 ciudades. En España, el 65% del tráfico pasa por este complejo, localizado en el centro de la península, un enclave estratégico, porque “coincide con la disponibilidad de nuevas tecnologías que hace que la conexión entre la playa, donde llegan los cables submarinos, y Madrid tenga una distancia suficientemente corta para interconectar las redes”, apunta Robert Assink.
El director general destaca que “todo lo que es digital necesita un lugar físico para garantizar la contundencia del negocio, que está funcionando 24 horas, siete días a la semana, todos los días del año, todas las horas del día”, y añade: “Somos responsables de su seguridad física. Todos los clientes exigen la máxima seguridad en cuanto al control de acceso, pero sobre todo, la seguridad del suministro eléctrico: que no haya vibraciones, que la temperatura sea la adecuada y que haya una buena refrigeración”. La electrónica que integra estas infraestructuras no puede sobrecalentarse porque el software podría fallar. El control de partículas en el aire también es vital para mantener un buen funcionamiento del centro. Además, las salas están protegidas con el sistema VESDA de detección temprana de humos por aspiración. Se trata del primer dispositivo, y el más sensible, dentro de las salas técnicas de los centros de datos, que detecta y avisa de un posible fuego. Analiza continuamente las partículas del aire y envía una señal de aviso en caso de detectar humo en la sala. Es un sistema complementario al sistema de supresión (gas NOVEC) y en caso de activación, genera una alarma que automáticamente es recibida por todos los equipos de vigilancia dentro del centro de datos.
Prácticamente todos los operadores cloud, explican los profesionales de esta empresa, trabajan con dos o tres centros de datos localizados en tres ubicaciones diferentes geográficamente separadas, por motivos de seguridad y de alta disponibilidad. Se trata de redundar las conexiones por si se produjera un fallo, cuenta Robert Assink: “Suelen estar situados a 20 o 30 kilómetros más o menos, repartidos por temas tecnológicos ya que necesitan una latencia determinada: el tiempo que requiere un paquete de datos para viajar entre dos lugares diferentes”.
Madrid ha acelerado su posición respecto a los últimos años debido a la digitalización tardía de la capital. El informe Madrid como hub digital 2021, comisionado por Interxion y DE-CIX destacaba a la capital como un escenario estratégico. Su posición privilegiada como “nodo de conectividad internacional”, ha conseguido atraer a los principales actores tecnológicos. De hecho cada euro invertido en un centro de datos situado en una ciudad como Madrid, repercute en 12 euros de PIB para la región. Las redes de cables submarinos conectan España con Estados Unidos (Grace Hopper de Google) y África (2Africa) convirtiendo Madrid en el punto de interconexión de dichas redes. Madrid como hub digital 2021 , destaca el retorno económico que supone por sí misma la inversión en infraestructura digital. En Madrid, los planes prevén una inversión aproximada de 680 millones de euros entre los años 2021 y 2026, que contribuirían, si se cumplen, a un aumento del PIB madrileño de 8.283 millones de euros teniendo en cuenta el impacto directo, indirecto e inducido.
“Cada mercado está en una fase de crecimiento diferente”, cuenta Assink. “En Europa hablamos mucho de los mercados FLAP (Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París) donde había una posición geográfica históricamente privilegiada que atraía más inversiones en centros de datos”. Pero España también está en un lugar clave para facilitar las interconexiones, “por un lado con el Mediterráneo y el canal de Suez hacia África del Este, y por el Atlántico a América del Norte y el Sur. El centro de estas conexiones, que suelen completarse a través de cables submarinos, es Madrid”.
La capital y España están viviendo un mayor impulso comparado con los 20 años anteriores por una digitalización tardía y por “el factor anglosajón”, señala el director de Digital-Interxion: “Típicamente las empresas tecnológicas son americanas y cuando saltan el charco se van a Londres, Ámsterdam o Frankfurt. Por eso las multinacionales americanas tienen su sede en uno de estos tres sitios y cuando están ya establecidas, se expanden como una mancha de aceite al resto de Europa”, y añade que “ahora han llegado a España también, pero en vez de en la costa, lo hacen en el centro del país, así que los equipos relevantes para interconectar los cables submarinos, los que llegan a Lisboa y a Alicante, se interconectan en Madrid o en Bilbao”.
Además, el mercado de los centros de datos “está gozando de un crecimiento exponencial. Hay mucha inversión, capital nuevo que buscan actividades para hacer rendir su dinero. El Covid aceleró la digitalización de la sociedad y de las empresas. Los fondos de capital ahora bus can el crecimiento en centros de datos y logísticos.
La relación entre digitalización y emisiones de CO2 es directa. El índice DESI (índice de Economía y Sociedad Digital) es un marcador compuesto que resume cinco indicadores de rendimiento digital de Europa y sitúa a España ente las grandes economías digitalizadas del continente. Cuanto más alta es la puntuación en el ranking DESI, menos emisión de CO2 per cápita se produce. El Informe Digitalización, sostenibilidad y centros de datos , elaborado por AFI (Analistas Financieros Internacionales para ADigital y Digital Realty), pone de manifiesto que por cada punto de aumento del índice de digitalización DESI, se consigue un ahorro en emisiones en CO2 en torno a las 142.000 toneladas y además, muestra cómo aumentan las emisiones de dióxido de carbono per cápita en niveles de baja digitalización.
El estudio también señala que “el desarrollo de la economía del dato permitirá impulsar la digitalización del resto de sectores económicos, ayudando además a reducir su demanda energética e impacto medioambiental, y a optimizar los recursos que necesitan en sus procesos productivos”. España ha alcanzado 60,8 puntos en el último informe DESI de julio de 2022, situándose en una posición de ventaja con respecto a otros países de Europa. Además, las previsiones apuntan a “que la digitalización de los principales sectores productivos permitiría reducir en 4,8 millones sus emisiones anuales de CO2”. En el caso de Europa el umbral se sitúa en una puntuación DESI de 48,8; a partir de aquí, cada punto de crecimiento DESI reduce las emisiones de CO2 per cápita en 0,003 toneladas métricas. El informe afirma que, para que las economías se digitalicen es necesario generar servicios digitales ( streaming , gaming , cloud , e-learning , e-banking , industria 4.0) que a su vez necesitan de centros de datos para desarrollarse. Robert Assink destaca que “las economías emergentes, como pueden ser China o India, están contaminando muchísimo porque están en una fase de industrialización en la que están creciendo a base de generar polución. Pero cuando la economía sea más moderna y digital, disminuirá la emisión de CO2”. Aspectos como la adopción del teletrabajo, que evita desplazamientos y por tanto reducción de emisiones o el uso de cloud computing , que moderniza los sistemas y gestión de los procesos de una compañía, produciendo menos emisión de CO2, contribuyen a crear una economía más limpia. Los centros de datos actúan como palanca de esta digitalización necesaria para alcanzar una sociedad más sostenible: “Es una empresa muy relevante para la economía digital pero desconocida para el público y contribuye a la modernización de la sociedad y a una sociedad más limpia.
Cuanto más energía consumimos, más sostenible es la economía por el efecto de la digitalización”, sostiene Assink. El funcionamiento del propio centro de datos también contribuye a la descarbonización. Aunque funciona con 45MW de energía verde, equivalente a la energía de fuentes renovables de 110.000 hogares, una vez al año pone a prueba sus sistemas de emergencia entre los que se encuentra un motor de barco situado en la azotea del centro, preparado para garantizar su funcionamiento si se produjera una caída del suministro de red. En enero de este mismo año, Digital Realty sustituyó los combustibles fósiles que utilizaban antes para estas pruebas, por biocombustible producido a través de residuos, reduciendo así las emisiones un 5% a lo largo de los próximos años. Así que, esta compañía tiene clara su misión:“estamos contribuyendo a crear una sociedad más limpia”.