A pesar de la reanudación de las negociaciones, Estados Unidos avanza que "no aceptará condiciones sobre el uso de los aranceles", según Reuters.

Apenas a unas horas del encuentro que mantendrán los presidentes de Estados Unidos y China en el contexto del G20, la primera potencia mundial ya se ha encargado de avisar al gigante asiático.

Según informa Reuters, desde Washington se niegan a aceptar ninguna condición previa en lo que concierne al uso de los aranceles. De hecho, la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump se mantendrá firme si no se producen avances en esa reunión con el mandatario chino, Xi Jinping.

En concreto, Trump avisó de que impondría más aranceles sobre los bienes que aún no se han visto afectados por su política comercial. En ese sentido, una nueva imposición arancelaria afectaría a productos valorados en 325 mil millones de dólares.

No obstante, desde el ejecutivo norteamericano se apunta a que, si se alcanzan algunos acuerdos, se podría acordar una tregua que consistiría en que los dos países no impondrán nuevas tarifas. Desde el punto de vista estadounidense, esta hipótesis podría producirse como gesto de buena voluntad, aunque no hay certeza de que llegue a producirse.

La presión que ejerce la Casa Blanca trata de forzar a que Pekín retome promesas que desaparecieron de la negociación antes de que se consumara la ruptura de las conversaciones.