Airbus ha anunciado que dejará de fabricar el avión más grande del mundo en 2021 después de que su principal cliente, Emirates, decidiera reducir su número de pedidos en 39 unidades y, con ello, sentencia la producción de este avión.

El recorte de pedidos por parte de la aerolínea de 162 a 123 unidades llega tras la cancelación de Qantas de ocho de los veinte A380 la semana pasada. Ante esta situación Airbus ha puesto punto y final a la producción de este avión. Las catorce entregas pendientes se llevarán a cabo en los próximos tres años.

"Como resultado de esta decisión no contamos con una cartera significativa del A380 y, por tanto, no tenemos una base para sostener la producción", ha aseverado en una nota el consejero delegado de Airbus, Tom Enders.

A cambio, Emirates ha firmado un nuevo contrato con la multinacional de 40 aviones de A330-900 y otros 30 aviones A350-900, lo que supone un balón de oxígeno para la compañía.

Entre 3.000 y 3.500 empleos se verán afectados por esta renegociación del acuerdo a lo largo de los próximos tres años. El fabricante de aviones espera iniciar conversaciones con los sindicatos en las próximas semanas. En cualquier caso, confían en que el aumento del A320 y el nuevo encargo de Emirates favorezca la "movilidad interna".

Esta noticia, que coincide con la presentación de los resultados anuales de la compañía, ha tenido un impacto negativo de 463 millones de euros en el resultado neto operativo (Ebit), que se suman a los 436 millones de euros derivados de los sobrecostes del A400M.

En conjunto, Airbus ha obtenido en 2018 un beneficio neto de 3.054 millones de euros, frente a los 2.361 millones de 2017, lo que se traduce en una ganancia interanual del 29%. En esta línea, la facturación del grupo ha experimentado un incremento del 8%, hasta los 63.707 millones de euros, impulsados por el número de entregas.

En este contexto, el consejo de administración propondrá en la junta general de accionistas un dividendo de 1,65 euros por título a abonar el próximo 17 de abril, un 10% más que el año anterior, cuando la remuneración alcanzó el 1,5 euros por acción.