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Andreu Cruañas: “Los vientos de cola sobre el empleo han cesado”

La ralentización económica afectará a la evolución del mercado laboral, aunque el aterrizaje será suave según el presiente de Asempleo, Andreu Cruañas, mientras reconoce que el mercado de trabajo no es capaz de satisfacer la demanda de empleo en sectores como los servicios o la construcción. ¿Hay un cambio de sesgo en el mercado laboral […]

Nacional

Dirigentes Digital

11 nov 2022

La ralentización económica afectará a la evolución del mercado laboral, aunque el aterrizaje será suave según el presiente de Asempleo, Andreu Cruañas, mientras reconoce que el mercado de trabajo no es capaz de satisfacer la demanda de empleo en sectores como los servicios o la construcción.

¿Hay un cambio de sesgo en el mercado laboral tras la EPA del tercer trimestre o es normal la subida de paro?

El mercado laboral está directamente relacionado con el marco económico en el que se desenvuelve. Los últimos datos de Contabilidad Nacional indican que el crecimiento se ha ralentizado y que el PIB se ha limitado a un 0,2%. Es decir, se produciendo un aterrizaje suave de la economía y el empleo evolucionará en el mismo sentido. En términos de empleo podríamos decir que los vientos de cola de los que se estaba aprovechando el mercado de trabajo han cesado.

De hecho, la EPA de este tercer trimestre ya nos muestra un crecimiento negativo del empleo en términos desestacionalizados. Por su parte, el número de desempleados aumenta dejando el agregado prácticamente en la barrera de los 3 millones. El mercado de trabajo está cerca del pleno empleo, ya que nuestra tasa de paro estructural está próxima, por no decir solapada a la tasa de paro registrada. Esto quiere decir que no existen oportunidades laborales para un gran número de parados y que ni siquiera el mercado de trabajo los espera.

Por su parte, los últimos datos conocidos en octubre nos muestran una reducción del número de parados registrados en apenas 27.000 personas que mantiene la cifra por encima de los 2,9 millones de desempleados, barrera que parece difícil de rebajar pese a que la favorable evolución del buen tiempo ha permitido el alargamiento de la campaña veraniega y eso se ha traducido en una reducción de la cifra otro mes de octubre como ya sucediera el año pasado.

Por otro lado, los ritmos de contratación siguen una tendencia claramente exponencial a la baja. Mientras que, a principios de año, el número de contratos crecía en un 20%, de media (variación relativa en el acumulado del año), octubre deja la ratio en apenas un 0,09%.

En términos de empleo, el crecimiento de la afiliación desestacionalizada apenas creció en 16.000 personas (en promedio de este año, la afiliación desestacionalizada crecía en 42.000), muestra del agotamiento que presenta nuestra mercado de trabajo, incapaz de crear mucho más de empleo de que registra en la actualidad.

Además, hay que tener en cuenta otros factores como es el empleo público, la EPA indica que dos de cada tres empleos proceden del sector público, si tiene que ver esto no con la carrera a la que habitualmente nos tienen acostumbrados los municipios para poner en valor su gestión antes de un periodo electoral no me corresponde a mí decirlo, pero los datos son los datos.

Dicho esto, y pese a que los datos muestran un mantenimiento del pulso entre el mercado de trabajo y la situación económica, no podemos dejarnos engañar ante la difícil situación con la que afrontamos esta nueva etapa de ciclo recesivo, con 3 millones de parados y con una patología ocupacional muy distinta a la de anteriores crisis.

¿Cómo cree que afectará la ralentización económica al mercado laboral?

La reforma laboral de 2013 fue un cambio legislativo realizado durante la Gran Crisis de 2008. La economía se había venido abajo y había que crear facilitar la creación de empleo como fuera, no podemos olvidar que en el primer trimestre de 2009 se registraron un millón y medio de parados. Sin embargo, la reforma de 2021 responde a otros criterios, se hizo en un momento en que la economía crecía a un ritmo del 4% y con la finalidad de que los trabajadores con empleo mejoraran sus condiciones laborales.

Ahora bien, esta nueva normativa tiene ahora que pasar su primer test y demostrar que también sirve para crear empleo. Los técnicos de FEDEA dicen que para crear nuevos puestos de trabajo con la reforma anterior bastaba un crecimiento del PIB del 0,9% y estiman que con la nueva se necesita un crecimiento el 1,2 y el 1,5%.

Las previsiones macroeconómicas de todos los organismos internacionales (FMI, OCDE, CE) apuntan a un crecimiento inferior al 1% en 2023 por diversos factores, el más importante la guerra de Ucrania y la crisis energética, tan solo el Gobierno indica un crecimiento del 1%. Es decir, en el entorno que se prevé va a resultar complicado mantener el ritmo al que hemos estado acostumbrados durante la etapa de recuperación. A esta situación hay que añadir que afrontamos la nueva etapa de crecimiento con menor músculo laboral.

Mientras que en 2008 apenas el 20% de los desempleados de este país llevaban más de 1 año en el desempleo, ahora el 42% de ellos se encuentran en esta situación. De hecho, ya son más del 12% los que llevan 4 años sin encontrar un empleo. Es decir, 1 de cada 10 ha sido expulsado del mercado de trabajo. Estamos, por tanto, ante un fracaso colectivo, ante una mala planificación de la orientación laboral y de la formación profesional y ante una metástasis sociolaboral que sigue enquistando nuestra bolsa de desempleados.

Estos datos no sólo disminuyen las oportunidades laborales, sino que incrementan las posibilidades de enquistar aún más la difícil situación de los desempleados en nuestro país. Hay que recordar que mientras que en 2008 teníamos 1,8 millones de desempleados, 14 años después no sólo casi duplicamos la cifra, sino que el mercado de trabajo no es capaz de satisfacer la demanda de puesto de trabajo como ya han demandado sectores como Servicios o la Construcción en plena recuperación del mercado de trabajo este verano.

¿Cómo ve los cambios de la reforma del mercado laboral?, ¿considera que aportan en positivo o en negativo?

La reforma laboral ha sido un instrumento que ha sido articulado para dotar de mayor protección y seguridad jurídica a los ocupados de nuestro país. Los cambios aportan elementos positivos como son el hecho de que ha reducido la dualidad en el mercado laboral y ha reducido la precariedad. Desde Asempleo defendemos unas condiciones un trabajo digno y consideramos que el aumento de la productividad de la economía se consigue de la mano de trabajadores cualificados.

Si bien es cierto que necesitamos más información para conocer en qué términos la calidad del empleo ha mejorado, sobre todo en términos de duración de los contratos, seguimos insistiendo que el verdadero problema de nuestro mercado de trabajo, que son la gran cantidad de desempleados y la alta tasa de paro, el desempleo juvenil y los parados de larga duración, no tiene una estrategia definida para ser resuelta.

También hay que tener en cuenta que se han reducido los mecanismos que tenían las empresas para adaptarse con flexibilidad al cambio de ciclo económico. Habrá que ver hasta qué punto la nueva normativa resiste el envite de una recesión. Es muy importante tener en cuenta que el empleo es un indicador retardado como afirman los economistas y esto no quiere decir otra cosa que a un empresario no le gusta nada despedir, de hecho, es la última decisión que toma cuando no puede hacer otra cosa.

Me gustaría hacerle una reflexión adicional, a pesar de los cambios normativos en la legislación durante todo el periodo de recuperación económica primero y de recuperación de la normalidad de la pandemia posteriormente, el grueso de trabajadores en paro se ha mantenido estable en el entorno de los 3 millones de parados. Echo de menos políticas de fomento del empleo, mejoras en la intermediación en la búsqueda de un puesto de trabajo. Queda mucho trabajo por hacer. Tenemos que seguir mejorando el ámbito laboral porque es evidente que persisten numerosas disfunciones.

¿Cuál es el momento actual, la foto fija de las empresas de trabajo temporal en España?

En el acumulado del año, se han dejado de hacer casi 3 de cada 10 contratos temporales respecto de los que se realizaban el año pasado (-27,6%). En cambio, las ETT realizan un 13% menos de contratos respecto al mismo periodo de año anterior. Si bien es cierto que, como la economía en general, el sector ha visto ralentizado el crecimiento impulsado por los vientos de cola de la recuperación postcovid, actualmente, las ETT gestionan un 23,7% de toda la contratación temporal, porcentaje similar al mismo periodo del año pasado (24%).

Tal y como sucedió en plena pandemia, las ETT en nuestro país se han convertido en un aliado a la hora de cubrir las necesidades de las empresas en plena incertidumbre. Mientras que las ETT fueron las únicas en proveer de capital humano a los sectores esenciales durante la crisis COVID-19, la mayor contención de los efectos ligados a este nuevo inicio de ciclo recesivo atiende a una mayor confianza de los empresarios en empresas profesionalizadas para atender de manera eficaz y real sus necesidades inmediatas.

¿Bajaremos alguna vez del doble dígito en la tasa de paro?

Ya lo hicimos en 2008, entonces alcanzamos una tasa de paro del 7,9% de la población activa, un dato que entonces fue mejor del que registraba Alemania. Pero ¿en qué entorno se produjo? En medio de una burbuja inmobiliaria, una situación en que nuestros jóvenes dejaban los estudios y se iban a las obras lo que disparó el fracaso escolar. Con esto no quiero decir que reducir el paro por debajo de los dos dígitos sea negativo, todo lo contrario, pero le quiero insistir en una idea: tenemos que trabajar juntos por un empleo digno y de calidad.

Actualmente es imposible contemplar un escenario de reducción de la tasa de paro por debajo de los dos dígitos. Hace poco Eurostat público que Grecia había cedido la primera plaza a España como país con mayor tasa de paro de la UE. Dramática situación para un país que actualmente tiene un desempleo estructural solapado al registrado.

Necesitamos soluciones inmediatas al desempleo en nuestro país, permitiendo flexibilizar las pasarelas al empleo para reingresar a los desempleados de una manera rápida, ágil y eficaz, dotando a las empresas de los recursos necesarios para poder hacerlo.

Y eso se consigue con una estrategia de país que permita diagnosticar individualmente las patologías ocupacionales de los desempleados, encontrando soluciones al desempleo de larga duración y flexibilizando la capacidad de las empresas para poder dar cabida a una fuerza laboral que quiere trabajar, pero no puede.

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