Las fuentes renovables tienen un gran peso en la estructura energética española. Tanto es así que el 40% de la producción eléctrica del país ha sido cubierta por estas alternativas medioambientales. De este porcentaje, la eólica sobresalió con un 49% del conglomerado eléctrico, seguida por la hidráulica con un 34% (que incrementó su producción un 85% en relación a 2017), la solar con un 11% y el resto de tecnologías supusieron un 5%.

Por tanto, la eólica es la renovable que más contribuye a la generación de energía en nuestro país, según lo refleja el informe del sistema eléctrico de Red Eléctrica de España (REE). Un aumento que ha posibilitado la reducción de las emisiones de CO2 a nivel peninsular. Este avance supone un 15% menos de emisiones pasando de 63,8 millones de toneladas a 54,2 millones. Además de esto, se ha producido una caída de los ciclos combinados y también del carbón del conjunto energético. Por su parte, la energía nuclear se mantiene como la principal en el esquema, seguida por la eólica.

La demanda nacional de energía eléctrica creció por cuarto año consecutivo, alcanzando los 268.808 GWh, lo que supone un incremento de cuatro décimas respecto a 2017.

En lo que respecta a la potencia instalada, las energías limpias suponen un 46,7%, incrementándose 0,8 puntos. En este sentido, uno de los casos más destacados de la geografía española es el de Canarias, donde se ha duplicado la potencia eólica que se ha instalado, respecto a 2017, al pasar de 207 MW a 422 MW en 2018. Este fuerte impulso de las renovables en el archipiélago canario es parte del Plan Eólico 2010-2020.

“España camina sin pausa hacia un nuevo modelo energético y económico basado en la descabonización y la sostenibilidad a largo plazo”, destacó el presidente de Red Eléctrica de España, Jordi Sevilla, en la presentación del informe, al tiempo que añadió que es parte del “compromiso del sector eléctrico español” en la lucha contra el cambio climático.