El progreso tecnológico ha supuesto una mejora de los precios de las baterías de iones de litio. Se trata de un material que abastece las baterías de los automóviles eléctricos y también de los teléfonos inteligentes. Además del litio, el cobalto es otro de los principales componentes de las baterías de los vehículos, otro material que puede sufrir cambios en sus precios durante los próximos años, según una publicación reciente del Fondo Monetario Internacional.

En un momento dado, estos materiales pueden escasear y demorar la producción de vehículos eléctricos. Durante 2017, el precio del carbonato de litio aumentó un 30%, mientras que el cobalto se encareció un 150% entre septiembre de 2016 y julio de 2018. Además, las Perspectivas de la economía mundial que publica el FMI advierten de precedentes históricos de apreciación del cobalto y el litio.

De hecho, según ese artículo del organismo internacional, “a diferencia del litio, se prevé que el precio del cobalto se mantendrá elevado debido a la escasez de oferta y la creciente demanda. En 2016, más del 50% de la oferta mundial de cobalto provenía de la República Democrática del Congo”.

Como se ha dicho, mientras que el litio puede mantenerse estable, el cobalto puede sufrir altibajos. Así, los precios del cobalto se han reducido “en cierta medida en los últimos meses, tras el fuerte aumento de la producción en la República Democrática del Congo” así como por la reducción de la demanda de China.

Ante esas circunstancias, la forma que señala el FMI para frenar esa volatilidad de los precios pasa por un mayor reciclaje de cobalto. En cuanto al desarrollo tecnológico de las baterías, su funcionamiento mejora y requiere una menor cantidad de estos materiales. Según el organismo la principal alternativa a la batería de iones de litio es la batería de estado sólido, que “permitiría fabricar baterías más pequeñas y más potentes que no requieren cobalto”.