El proceso de digitalización de los servicios financieros viene gestándose desde hace años. Digitalizar tareas y facilitar las gestiones a los clientes suponen un factor diferencial para los bancos, que observan la competencia creciente entre las alternativas digitales.

La forma en que las entidades financieras afrontaron la pandemia demostró que habían hecho un importante trabajo para transformarse. Gracias a ello, consiguieron sobreponerse y dar servicio, en un contexto de elevada incertidumbre y en el que la demanda creció por, entre otros factores, el masivo lanzamiento de créditos avalados por el ICO.

Por otro lado, tuvieron que llevar a cabo otros pasos para continuar siendo efectivos. A la larga, estas decisiones han supuesto importantes beneficios a las entidades, tal y como enumera Strands, una fintech que proporciona software a los bancos. En ese sentido, la nube representa uno de los principales avances.

En particular, se pueden contar hasta cuatro ventajas que han obtenido los bancos gracias a este proceso.

1. Mejora de la velocidad. Hasta ahora, el almacenamiento de datos se hacía usando fórmulas tradicionales. Teniendo en cuenta que la cantidad de información que manejan los bancos es ingente, se hace imprescindible contar con una tecnología que los administre con agilidad. De hecho, la tecnología en la nube proporciona una forma de centralizar esa gestión de los datos y reduce los costes que tiene hacerlo.

2. Mejora de la seguridad. Una parte importante de la operativa bancaria consiste en encontrar fallas en sus sistemas antes de que lo puedan hacer los ciberdelincuentes. A este propósito se une la propia motivación de los proveedores de servicios en la nube, que analizan y revisan constante y exhaustivamente sus productos.

3. Más y mejor información. Como resultado de este proceso, la banca también ha obtenido un mayor nivel de información. Existe una importante competitividad en el sector, sobre todo auspiciada por los nuevos actores. Por eso resulta fundamental conocer los datos de los clientes para poder ofrecerles productos a su medida. El hecho de almacenar datos debe tener esa finalidad, ante la constante amenaza de los servicios financieros digitales.

4. Reducción de costes. La infraestructura de almacenamiento tradicional de la banca requiere un considerable cuidado, así como la propia seguridad y vigilancia. La nube reduce ese problema, dado que el banco ya no tiene por qué contar con un equipo especializado que dé solución a estas cuestiones. Así, el banco tendrá que pagar por lo que necesite, no por un equipo humano y tecnológico completo.

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Los neobancos se frotan las manos con el avance de la digitalización