El propietario de un Volkswagen Tiguan desde mayo de 2012 con el software que trucaba la emisión de gases del motor solicitaba la anulación del contrato de venta del vehículo. El juez ha rechazado la demanda porque el comprador "no demuestra tener una conciencia ecológica especial" y la reparación del vehículo afectado "se puede hacer en términos razonables", según publica El País citando la sentencia.
Es el primer pronunciamiento de la justicia española tras el escándalo de la compañía con el trucaje de los motores diésel para cumplir con la normativa de gases contaminantes. Se trata de una demanda particular que se tramitó en un juzgado de primera instancia en Torrelavega (Cantabria) y que pedía la devolución del precio de compra contra el Grupo Volkswagen y el concesionario.
El juez exime al concesionario de responsabilidad en la venta por desconocimiento del "error" de los motores y defiende al fabricante por ofrecer la reparación del motor "en un tiempo razonable". Además, dice que el vehículo es "apto para la circulación".
Buena parte de la sentencia se basa en la falta de conciencia ecológica del comprador. Para el magistrado el fallo del motor perjudica principalmente por el impacto medioambiental, pero el propietario carece de cualquier motivación ecológica, al "no pagar ninguna cuota a asociaciones ecologistas".
El juez reconoce que el vendedor ha incurrido en no cumplir con sus obligaciones, pero precisa que es difícil precisar los daños sufridos y cuantificarlos. Además, indica que la "solución técnica" que ha ofrecido el grupo Volkswagen a los dueños de los vehículos afectados "es la adecuada y no existe causa alguna que justifique su rechazo".
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