2018 ha terminado siendo un año complicado para los mercados, la volatilidad se ha disparado en el último trimestre. Sin embargo, en 2019 todo podrá cambiar, de hecho, el posicionamiento de algunos inversores apunta a una recuperación inminente. Para los expertos de Lazard Asset Management, las cuatro preocupaciones que pueden influir a los inversores en el próximo año están claras.
En primer lugar, destacan como tema fundamental las finanzas de los hogares estadounidenses, ya que un crecimiento salarial más fuerte es clave para mantener la recuperación. “Esperamos que los salarios crezcan en 2019 desde aproximadamente el 3% hasta el 4%, un nivel más común antes de la crisis financiera. En la medida en que este aumento en el crecimiento salarial llegue a buen término, esperaríamos que la mayor confianza de los consumidores y el gasto conduzcan a un ciclo virtuoso que extienda el ciclo de expansión económica.”, asegura Ronald Temple, responsable de gestión multi-asset y US Equity de Lazard. Sin embargo, no es del todo certero que este crecimiento salarial vaya a producirse claramente.
El segundo aspecto que puede influir es la escalada de la guerra comercial y el proteccionismo. “Creemos que las políticas comerciales proteccionistas probablemente durarán mientras Trump ocupe la Casa Blanca y posiblemente más tiempo, ya que los votantes han cuestionado cada vez más algunos de los beneficios de la globalización en Estados Unidos y otras economías avanzadas.”, apuntan en Lazard.
Lo que no está claro de cara al próximo curso es como responderán los demás países a las políticas de Estados Unidos. “El mercado está subestimando las probabilidades de que la guerra comercial se intensifique”, destacan.
La zona euro también preocupa. El crecimiento está siendo débil y el aumento de los partidos populistas y nacionalistas es todo un riesgo para el mercado. “El efecto más notable del aumento del populismo ha sido la debilidad de las coaliciones de gobierno en todos los estados miembros más grandes de la zona euro. Esto ha debilitado el impulso para llevar a cabo reformas tanto a nivel nacional como europeo, limitando las herramientas disponibles para apoyar a la economía en la próxima recesión, especialmente porque el Banco Central Europeo (BCE) tiene la intención de mantener los tipos de interés negativos al menos hasta el verano de 2019.”, destaca Temple.
Finalmente, China tendrá que decidir entre sostener el crecimiento y abordar los desequilibrios estructurales. “Creemos que, si el gigante asiático se ve obligado a elegir entre un crecimiento indeseablemente débil y un retorno al crecimiento rápido basado en el crédito, las autoridades diseñarán un aterrizaje suave mediante un mayor apalancamiento, ya sea en el estado o en el sector privado. La experiencia de 2015 y 2016 sugiere que sea cual sea la elección, tendrá importantes repercusiones para la economía y los mercados globales.”, concluyen en la gestora.
2018-12-07 11:26:55